El siguiente discurso fue pronunciado por Andre Damon, un dirigente del Partido Socialista por la Igualdad de los EUA.
Hace un año, el World Socialist Web Site celebró su conmemoración anual del Primero de Mayo durante el período más exitoso de sus 19 años de historia.
A lo largo del año anterior, nuestro sitio había recibido casi 10 millones de visitas. El mes anterior, más de 900.000 usuarios únicos visitaron el WSWS, reflejando un aumento del 25 por ciento en apenas cuatro meses. En cuestión de días estaríamos publicando nuestro primer vídeo que recibió más de un millón de visitas.
Los reportes a la celebración del Primero de Mayo de ese año reflejaron ese crecimiento. “Sin ánimos de vanagloriarnos”, observábamos, “el Comité Internacional y sus secciones tienen todo el derecho, en este año del centenario de la Revolución rusa, a mirar hacia el futuro con confianza. La influencia del World Socialist Web Site, la voz del Comité Internacional, está creciendo rápidamente”.
Esta sobria evaluación de la influencia creciente del WSWS, que reflejaba el crecimiento del sentimiento socialista en la clase trabajadora, quedaba reflejado en las proverbiales habitaciones llenas de humo donde destacados representantes de la oligarquía financiera celebran sus deliberaciones.
Alarmada por el crecimiento del sentimiento socialista, la clase gobernante se decidió a actuar. Enfrentándose a una clase trabajadora inquieta, hostil a la guerra y a la desigualdad social, e impulsada cada vez más a la acción tras una década de recortes salariales y austeridad social, los estrategas de la clase dirigente determinaron que su única esperanza para contener la marea de oposición social era ir tras lo que todo régimen policial en la historia creyó que era su fuente: los medios críticos.
La fuente de “rebeliones de la información” son “medios que difunden noticias falsas”, dijo un destacado defensor de este punto de vista. “Silencia las armas y la balacera cesará”.
Estos individuos, en otras palabras, adoptaron puntos de vista compartidos por todas las otras clases gobernantes de la historia que han sido derrocadas por una revolución: que los agravios sociales populares se pueden resolver con porras de policía.
Mientras estábamos celebrando el pasado Primero de Mayo, no sabíamos que poco menos de una semana antes Google había dado el primer paso en lo que llevaría, seguidamente, a una transformación histórica de las principales compañías tecnológicas estadounidenses: de difusores de información, se convertirían en sus censores.
Ese paso de gigante se anunció en un post en un blog discretamente redactado, que afirmaba que Google había tomado medidas para “mejorar” su sistema de búsquedas, para “ayudar a la gente a encontrar lo que busca”. Estas medidas serían tomadas, como la compañía le dijo después a un reportero, de tal manera que no “reflejen inclinaciones políticas”.
A lo largo del año siguiente, todas esas pretensiones se disiparon. En vez de buscar “ayudar a la gente a encontrar lo que busca”, el objetivo de Google era literalmente lo contrario. Como el congresista Adam Schiff declaró en una audiencia en el congreso, Google tenía la “obligación social” de cambiar el hecho de que “Lo que termina por colarse a lo más alto de nuestros agregadores de noticias tienden a ser cosas que estábamos buscando”.
Y esto es exactamente lo que hizo Google. La compañía llevó a cabo una revisión de amplio alcance de la manera en la que evaluaba cada uno de sus millones de términos de búsqueda, cortando conexiones entre temas populares —tales como la desigualdad, la guerra, los derechos democráticos, y el socialismo— y destacados sitios web de izquierdas.
Tanto en sentido empírico como en sentido político, el principal objetivo de esta censura era el World Socialist Web Site. A tres meses del anuncio de Google, todos y cada uno de los 45 principales términos de búsqueda del WSWS ya no traían usuarios al sitio. Como resultado, el tráfico de búsqueda del World Socialist Web Site desde Google cayó en más de tres cuartos, mucho más que cualquiera de los muchos otros sitios web de izquierdas, opuestos a la guerra y progresistas afectados por las medidas de la compañía.
Que seleccionaran al World Socialist Web Site fue un reconocimiento, en negativo, del hecho de que este representa la expresión más coherente de los intereses sociales de la clase trabajadora y la estrategia política del socialismo proletario, que presenta una amenaza existencial a la clase capitalista.
Y, fiel a su misión histórica, el World Socialist Web Site, único entre todos los sitios que habían sido silenciados, lanzó una lucha contra la censura en internet.
El 25 de agosto, el WSWS publicó una carta abierta, declarando que “Google está manipulando sus búsquedas en Internet para restringir la concienciación pública de los sitios web socialistas, opuestos a la guerra e izquierdistas, y el acceso a ellos”, y añadía “La censura a esta escala equivale a hacer listas negras políticas”.
Denunciamos la alianza de los monopolios tecnológicos con el aparato militar y de inteligencia de los EUA, revelando que Google y Facebook estaban actuando como agentes del Estado en sus esfuerzos por destruir la primera enmienda.
En vez de ser la excepción, Google marcó el patrón a seguir para Facebook, Twitter, y otros. Al anunciar sus planes de censurar las “noticias falsas”, Facebook dejó claro que estaba procediendo exactamente como afirmaba el World Socialist Web Site. Dado que “reprimir” el “discurso público” era un “tema sensible”, la compañía anunció que “reduciría significativamente” la difusión de contenido seleccionado “mostrando” a este último “más abajo en el agregador de noticias”, sin notificar a los usuarios de que estaban siendo censurados.
Dicho de otra manera, se confirmó cada una de las palabras de la carta abierta del World Socialist Web Site.
Recurrir a la censura, hoy como siempre, es un acto de miedo y desesperación, un reconocimiento de que la élite gobernante no solo no tiene nada que ofrecer a la sociedad, sino que se ve rodeada y asediada por la gran masa de la población.
Pero la censura es un esfuerzo por trancar la puerta del establo después de que el caballo saliera corriendo. Ningún orden social en bancarrota ha logrado jamás preservarse mediante métodos policiales.
Nunca ha habido un público tan amplio para la política socialista revolucionaria. A lo largo del cuarto de siglo pasado, las filas de la clase trabajadora internacional se han agrandado, con la entrada de batallones frescos de la India, China, América Latina y el Cercano Oriente.
Como nunca antes en la historia del ser humano, las masas están interconectadas, no solo por los procesos de producción, sino también por el world wide web, que celebró su 29 aniversario este año, en condiciones en las que más de la mitad de la población está conectada al Internet —y mediante este a los grandes logros de la cultura humana— a cuyo frente se coloca la tradición socialista científica, traída al mundo hace 200 años con el nacimiento de Karl Marx.
El propio World Socialist Web Site, el primer periódico genuinamente internacional del movimiento socialista, ahora en su vigésimo año de publicación continua, es expresión tanto de la fuerza objetiva creciente de la clase trabajadora internacional como de su interconexión.
No albergamos ilusiones. La élite gobernante pagará cualquier precio, incluyendo intentar derribar el vasto edificio de las comunicaciones internacionales que apuntala la economía mundial, en un esfuerzo por sofocar el despertar político de las masas.
Pero que ellos den lo peor de sí; ¡nosotros daremos lo mejor de nosotros!
Hace 80 años, al anunciar la formación de la Cuarta Internacional en medio de la masacre de cientos de miles de bolcheviques a manos de los asesinos de Stalin, León Trotsky declaró: “Los verdugos, conducidos por su estupidez y su cinismo, creen que pueden atemorizarnos. ¡Se equivocan! Los golpes nos volverán más fuertes. La política bestial de Stalin no es más que una política desesperada. Es posible matar a algunos soldados de nuestro ejército, pero no atemorizarlos. Amigos, repitamos nuevamente en este día de celebración: ¡no podrán atemorizarnos!”.
De la misma manera, hoy declaramos, “¡no podrán censurarnos!”. A pesar del régimen de censura más draconiana de la historia del Internet, el público lector del World Socialist Web Site otra vez está aumentando, a medida que jóvenes y trabajadores se unen a la lucha.
Ya ha comenzado el tan esperado resurgir de la clase trabajadora. Desde los trabajadores ferroviarios en Francia, a los trabajadores de las aerolíneas en Alemania, a los docentes en Estados Unidos y las masas del norte de África, una oleada de militancia obrera está barriendo el globo. Lo que más temen las fuerzas de la reacción es exactamente lo que está en la agenda: la intersección de este levantamiento de las masas con la lucha consciente del marxismo.
Como proclamara Marx, al bicentenario de cuyo nacimiento dedicamos esta celebración, “la teoría llega a ser fuerza material apenas se enseñorea de las masas”.
Camaradas, es con confianza que el orgulloso legado de Karl Marx se enseñoreará de las masas, que el Comité Internacional se embarca en su vigésimo año de publicación del World Socialist Web Site y, con este, en una nueva era de la revolución socialista.
(Publicado originalmente en inglés el 9 de mayo de 2018)