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La lucha del WSWS contra la falsificación del marxismo

Celebrar el relanzamiento del World Socialist Web Site significa recordar que su autoridad se construyó a lo largo de décadas de lucha constante contra la falsificación del marxismo.

El WSWS fue lanzado en 1998, poco después de la disolución de la Unión Soviética por parte de la burocracia estalinista. Ese acontecimiento no acabó con la lucha de la clase trabajadora internacional por el socialismo. En cambio, expuso la perspectiva nacionalista del "socialismo en un solo país" que planteaba el estalinismo contra Trotsky y el movimiento trotskista.

La perspectiva interncionalista marxista del WSWS lo sitúa en una trayectoria de clase opuesta a la de toda una capa de partidos de clase media que se basan en una mezcla de estalinismo y política identitaria. El establishment gobernante hizo una propaganda constante de este estrato como "la izquierda". Un aspecto especialmente confuso de la vida política en nuestra época es este: es precisamente cuando estos partidos supuestamente de "izquierda" ejercen la mayor influencia que los trabajadores sufren las peores derrotas.

El WSWS es una fuente irreemplazable de análisis y perspectiva para que los trabajadores aprehendan el papel de estas tendencias políticas en la lucha de clases.

En los años 2000, en declaraciones que ahora parecen proféticas, el WSWS advertía contra partidos como el partido griego Syriza, construido sobre las teorías "populistas de izquierda" de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, o el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) francés. El NPA afirmó que el trotskismo era viejo, irrelevante y un obstáculo a las alianzas necesarias con los partidos estalinistas y socialdemócratas.

Estas advertencias del WSWS fueron confirmadas en la primera gran experiencia revolucionaria de la clase trabajadora en el siglo XXI: los levantamientos de 2011 en Túnez y Egipto.

El así llamado partido de los Socialistas Revolucionarios (RS) de Egipto se opuso tanto al socialismo como a la revolución. Promocionaban promesas de que primero una junta militar, luego el presidente islamista Mohamed Mursi, y por fin el movimiento "rebelde" Tamarod crearían "espacio democrático" en Egipto. Promocionado por los medios internacionales, guardaron silencio después de que Tamarod ayudara al dictador egipcio, Abdel Fattah al-Sisi a dar un golpe sangriento.

En cuanto al NPA, aclamó fraudulentamente como "revoluciones democráticas" las guerras imperialistas mediante representantes libradas en Libia y Siria por parte de milicias islamistas respaldadas por la CIA. Estas guerras se cobraron la vida de cientos de miles de personas y obligaron a otros millones a abandonar sus hogares.

Para identificar y explicar el papel que desempeñan estos partidos, el WSWS acuñó el término pseudoizquierda. La pseudoizquierda, escribió el WSWS, son fuerzas que usan "consignas populistas y frases democráticas para promocionar los intereses socioeconómicos de estratos pudientes y privilegiados de la clase media". La pseudoizquierda, advertía el WSWS, apoya el capitalismo, se opone a la lucha de clases, abraza la irracionalidad filosófica, y apoya las guerras neocoloniales.

La década pasada justificó infaliblemente esta evaluación.

Mientras los partidos pseudoizquierdistas aclamaban la elección de Syriza en Grecia en 2015, solo el WSWS advertía de que sus promesas electorales por acabar con la austeridad europea eran mentiras desvergonzadas. En el poder, Syriza no hizo ningún llamamiento a la clase trabajadora europea para defender a Grecia contra la UE. En cambio, incluso después de organizar un referendum sobre la austeridad en el que ganó el "no" de manera contundente, impuso miles de millones de euros en recortes y puso en pie una red de campos de concentración para refugiados.

Hoy, el partido hermano de Syriza en España, Podemos, está en el poder. ¿Qué ha hecho? Aumentó el gasto para el ejército y la policía, implementó la austeridad, y apoyó el encarcelamiento de los presos políticos catalanes que demandaban los neofascistas españoles. Su política sobre el COVID-19 es la inmunidad colectiva.

En medio de luchas de clase crecientes, desde las protestas de los "chalecos amarillos" franceses a las huelgas de los docentes y los trabajadores del automóvil en los Estados Unidos, la pseudoizquierda es cada vez más hostil a los trabajadores. Solo les faltaría proclamar, "¡Sí, somos la pseudoizquierda!".

En su libro de 2018, Para un populismo de izquierda, Chantal Mouffe rechazaba la revolución. "Lo que se necesita con urgencia es una estrategia populista de izquierda con el objetivo de construir un 'pueblo', que combine la variedad de resistencias democráticas", escribió, y añadía: "No hace falta una ruptura 'revolucionaria' con el régimen democrático liberal".

Mouffe incluso atacó explícitamente a "sectores de la izquierda que se empeñan en reducir la política a la contradicción entre el capital y el trabajo y atribuyen un privilegio ontológico a la clase trabajadora, presentada como el vehículo para la revolución socialista".

Contra la pseudoizquierda, nos declaramos culpables de luchar por ofrecer una dirección marxista a la clase trabajadora internacional, como la fuerza conductora de la revolución socialista. El relanzamiento del WSWS ofrece una tecnología sin precedentes para presentar análisis marxistas y una perspectiva histórica a trabajadores y jóvenes de todo el mundo. Es la base para un renacimiento del marxismo y la construcción de secciones del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, que se opone a la pseudoizquierda en países de toda Europa y del mundo.

(Publicado originalmente en inglés el 29 de octubre de 2020)

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