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Banqueros centrales se reúnen en Jackson Hole mientras aumentan los problemas económicos

El tema oficial de discusión en el cónclave de banqueros centrales, académicos y periodistas financieros que comienza el viernes en Jackson Hole, Wyoming, es “Reevaluando la Efectividad y la Transmisión de la Política Monetaria”.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, durante el Simposio Económico de Jackson Hole cerca de Moran en el Parque Nacional Grand Teton, Wyoming, el viernes 25 de agosto de 2023. [AP Photo/Amber Baesler]

La atención central, al menos en lo que respecta a Wall Street, se dirigirá a lo que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, diga sobre las tasas de interés en su discurso principal el viernes por la mañana.

Los acuerdos parasitarios realizados por los oligarcas financieros cuando el dinero era prácticamente gratis ahora están bajo una presión creciente debido a las elevadas tasas de interés de los últimos dos años.

Quieren más que una indicación de que un recorte de 25 puntos básicos (0,25 puntos porcentuales) está sobre la mesa para septiembre, lo cual Powell parece dispuesto a dar. Quieren una señal clara de que esto será solo el comienzo y que las tasas bajarán 75 o incluso 100 puntos básicos para fin de año.

Reflejando sentimientos ampliamente compartidos, Eric Beiley, a cargo de la gestión de patrimonio en Steward Partners, dijo a Bloomberg: “Si los operadores escuchan que vienen recortes, las acciones reaccionarán favorablemente. Si no escuchamos lo que queremos, eso desencadenará una gran venta masiva”.

La ronda más reciente de turbulencias fue a principios de mes cuando Wall Street se desplomó tras el aumento de las tasas de interés por parte del Banco de Japón. Esto socavó el llamado “carry trade” en el cual los inversores hacían grandes apuestas usando miles de millones de yenes prestados. Esto se vio agravado por datos que mostraban un aumento menor al esperado en los nuevos empleos creados en EE.UU. en julio.

El mercado ha subido desde entonces con el S&P 500 a solo un 2 por ciento de su máximo histórico, pero los mercados y el sistema financiero subyacente dependen tanto de la deuda que solo se necesita un pequeño movimiento inesperado para desencadenar turbulencias.

Una de las áreas más afectadas por el aumento de las tasas de interés son las startups de alta tecnología que utilizan capital de riesgo (VC) con la esperanza de convertirse en la próxima “gran cosa” o vender su empresa a uno de los gigantes tecnológicos existentes.

Como informó esta semana el Financial Times: “Las quiebras de startups en EE.UU. han aumentado un 60 por ciento en los últimos años, ya que los fundadores se quedan sin efectivo recaudado durante el boom tecnológico de 2021-22, amenazando millones de empleos en empresas respaldadas por capital de riesgo y arriesgando un efecto dominó en la economía en general”.

El artículo informó que Carta, que proporciona información a empresas privadas, encontró que unos 254 de sus clientes respaldados por capital de riesgo se habían declarado en quiebra en el primer trimestre de este año. La tasa de quiebras fue siete veces mayor que cuando comenzó a informar en 2019.

Algunos de los números no son pequeños. A principios de mes, una empresa de tecnología financiera, Tally, que estaba valorada en $855 millones en 2022 y había recaudado más de $170 millones de firmas de capital de riesgo, anunció que no pudo “obtener la financiación necesaria para continuar nuestras operaciones”.

En una nota reciente, reportada por el FT, los analistas de Morgan Stanley dijeron que el aumento en las quiebras se debe a que “un número anormalmente alto de empresas recaudó una cantidad anormalmente grande de dinero durante 2021-22”.

Señalaron que las empresas respaldadas por capital de riesgo emplean a 4 millones de personas y si el aumento en las quiebras no se desacelera, esto impactaría en el resto de la economía.

Otra área de preocupación son las llamadas instituciones financieras no bancarias que han experimentado un crecimiento explosivo desde la crisis financiera de 2008 y el establecimiento de un régimen de tasas de interés ultrabajas. Estas instituciones poseen casi la mitad de todos los activos financieros globales.

Aunque estas instituciones afirman estar separadas del sistema bancario tradicional, en realidad tienen vínculos íntimos con él porque los bancos, buscando beneficios, les proporcionan dinero.

Un ejemplo es el Banco First and People’s en Kentucky. Según un informe del FT, está al borde de la quiebra porque su asociación con una empresa de tecnología financiera, parte del sistema bancario en la sombra, ha resultado en préstamos fallidos que suman decenas de millones de dólares.

La quiebra de First & People’s sería significativa porque, como señaló el FT, “sería el primer colapso de un banco comunitario en EE.UU. que se debe a una incursión fallida en el mundo de los préstamos en la sombra, poniendo en riesgo unos $200 millones en depósitos de clientes”.

Lo que ha sucedido en Kentucky se ha replicado en otras partes del país. Empresas y hogares ponen su dinero en lo que consideran bancos comunitarios conservadores y sólidos sin saber que están involucrados en operaciones potencialmente riesgosas en el opaco sistema bancario en la sombra.

Un informe preparado por economistas de la Universidad de Nueva York y la Reserva Federal a principios de este año encontró que algunos prestamistas en la sombra recibieron una cantidad significativa de dinero de los bancos tradicionales.

“Los enfoques tradicionales de la regulación del sector financiero consideran a los bancos y a las instituciones financieras no bancarias como sustitutos. Argumentamos en cambio que los bancos y [bancos en la sombra] están íntimamente interconectados,” dijo el informe.

Los préstamos de los bancos a las instituciones no bancarias han aumentado rápidamente y ahora superan el billón de dólares. En el caso de First and People’s, la proporción de sus préstamos a bancos en la sombra pasó de nada hace dos años y medio a un 53 por ciento.

Mientras el mantra oficial es que con la inflación comenzando a bajar, allanando el camino para recortes en las tasas de interés, y con la tasa de desempleo sin mostrar un aumento importante, EE.UU. está encaminado a un “aterrizaje suave”.

Este escenario, sin embargo, ignora los desarrollos en la economía real. Hay una sangría de empleos en la industria automotriz mientras las empresas se preparan para una guerra global intensificada por los mercados. Las empresas de alta tecnología también están involucradas en despidos.

La industria mundial del acero, la columna vertebral de la economía industrial, está al inicio de una gran recesión. Está centrada en China, que produce la mitad del output mundial, y está enviando ondas de choque al resto del mundo, amenazando con desencadenar una guerra de precios que lleve a cierres y recortes de empleos.

A finales de julio, el Wall Street Journal publicó un informe en el que señaló que el boom fabrico, que se desarrolló tras el levantamiento de las medidas anti-COVID, estaba “perdiendo fuerza”.

“Tasas de interés más altas, costos operativos crecientes, un dólar estadounidense en alza y precios de venta más bajos de los productos básicos están frenando la actividad en las fábricas de todo el país,” dijo el informe.

“Ejecutivos de fabricantes de artículos de larga duración como automóviles, cosechadoras y lavadoras están proyectando condiciones comerciales desafiantes para el resto del año”.

Un ejemplo dado es la situación en John Deere, el mayor fabricante mundial de equipos agrícolas. Ha despedido a 2.100 trabajadores de producción, o el 15 por ciento de la mano de obra por hora, desde noviembre pasado.

La recesión en la economía industrial se refleja en el precio al contado del acero. Ha caído un 22 por ciento respecto al año pasado y un 40 por ciento desde el comienzo del año, según S&P Global Commodity Insights.

El jueves por la noche, Kamala Harris dará su discurso de aceptación como candidata presidencial en la convención nacional del partido demócrata. Sin duda estará lleno de palabrerías guionizadas por Hollywood sobre lo bien que ha ido la economía bajo la administración Biden y lo bien que irá bajo su liderazgo.

Un discurso más significativo será el de Powell a la mañana siguiente con Wall Street amenazando con turbulencias si no cumple con sus demandas de más dinero, pero lo que sea que diga Powell, una cosa es segura. No proporcionará ninguna solución, al igual que Harris, a los problemas financieros y económicos crecientes que aquejan a EE.UU. que lo están llevando a la guerra mundial y a la contrarrevolución social.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de agosto de 2024)

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