A inicios del próximo mes, se espera que el Pentágono tome varias fábricas militares en Argentina para producir artillería, municiones y otras armas para la guerra de EE.UU. y la OTAN en Ucrania contra Rusia, según varios informes en la prensa argentina.
Los funcionarios del Pentágono han advertido en repetidas ocasiones que la producción de municiones sigue siendo uno de los principales desafíos para los planes de Estados Unidos de intensificar la guerra contra Rusia, así como para los preparativos de guerra en Oriente Próximo y contra China.
En diciembre pasado, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que Estados Unidos planeaba “cuadruplicar” la producción de proyectiles de artillería, explicando en un foro militar: “El alto uso de artillería de Ucrania ha recalcado la necesidad de invertir aún más en municiones”.
El mes pasado, una delegación del Departamento de Defensa de Estados Unidos viajó a la ciudad industrial de Río Tercero, para visitar una de las cinco fábricas de la empresa estatal Fabricaciones Militares (FM).
Actualmente, el Gobierno fascistizante del presidente Javier Milei está en proceso de convertir varias empresas como FM en sociedades anónimas y venderlas.
Convertirse en un proveedor de la OTAN es el siguiente paso en la campaña del Gobierno de Milei para hacer de Argentina un “socio global” de la OTAN, incluso cuando la alianza liderada por Estados Unidos se acerca a una guerra mundial total que amenaza el futuro de la humanidad.
Washington hasta ahora había presionado sin éxito a los Gobiernos de la región para que armaran a Ucrania, pero ahora Buenos Aires está negociando el envío de cinco cazas Super Etendard a través de Francia y la producción directa de armas a Estados Unidos y la OTAN.
En junio, Argentina se unió al Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, una alianza liderada por Estados Unidos dedicada a canalizar armas y municiones a la guerra en Ucrania, mientras que Milei ha planteado la posibilidad de enviar tropas a Ucrania. Además de apoyar a la OTAN contra Rusia, Milei también ha apoyado firmemente el genocidio de Israel en Gaza.
Milei justifica la nueva relación militar como una alianza para defender la “civilización occidental” y los “valores occidentales”. Estos lazos amenazan con que el ejército argentino sea utilizado para abrir un nuevo frente contra los Gobiernos latinoamericanos que no se sometan completamente a los dictados de Estados Unidos. Milei ya está utilizando una retórica belicosa para amenazar a los Gobiernos de Bolivia, Venezuela, México Brasil, y Chile, a los que considera socialistas y comunistas.
En medio de brutales políticas de austeridad contra trabajadores y jubilados, el Gobierno de Milei se ha propuesto aumentar el presupuesto militar.
La principal preocupación de Washington es la explosiva oposición popular a arrastrar a Argentina hacia la creciente guerra global. En consecuencia, la Administración de Biden ha exigido que Milei colabore con la burocracia sindical para sofocar la lucha de clases.
Poco antes de la visita de la delegación militar estadounidense a las fábricas militares argentinas, la subsecretaria de Trabajo para Asuntos Internacionales estadounidense, Thea Lee, organizó reuniones separadas con el encargado de relaciones exteriores de la Confederación General del Trabajo (CGT), Gerardo Martínez, y el secretario de Trabajo de Milei, Julio Cordero. Ahí dio las mismas órdenes de “promover el diálogo social y reconocer a los representantes sindicales”, según La Nación. Los funcionarios estadounidenses se han reunido varias veces con los sindicatos argentinos este año.
Los trabajadores de FM pertenecen a la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). Si bien suele tener una postura más populista y nacionalista que la CGT, la ATE ha dejado claro que está abierta a la privatización, siempre y cuando el precio sea correcto. “No vamos a regalar la empresa”, declaró un líder de ATE. El resto de la burocracia sindical se ha mantenido igualmente pasiva.
La alianza militar en desarrollo de Washington con Milei y el fortalecimiento de las fuerzas armadas están vinculados con la preparación de medidas de Estado policial contra la clase trabajadora y de una dictadura en Argentina.
El viernes pasado, Milei entregó espadas a oficiales militares recién ascendidos y les prometió aumentos salariales en 2025. También prometió reconocer la “deuda histórica” que Argentina supuestamente debe a sus fuerzas armadas desde la guerra por la independencia y la consolidación de Argentina como Estado nación.
Milei busca rehabilitar el legado de las dictaduras militares que fueron una característica de la sociedad argentina a lo largo del siglo XX, inicialmente en nombre del imperialismo británico y, después de la Segunda Guerra Mundial, como una agencia del imperialismo estadounidense.
La defensa de Milei de la dictadura asesina de Videla de 1976-83 es bien conocida. Esa dictadura, responsable de la desaparición y asesinato de más de 30.000 trabajadores y estudiantes de izquierda, también fue un componente importante de la Operación Cóndor, que fue organizada y financiada por los Estados Unidos e involucró la participación de todos los Gobiernos sudamericanos (con la posible excepción de Venezuela y Surinam). Decenas de miles de militantes, sindicalistas, periodistas y socialistas fueron secuestrados por escuadrones secretos en esta operación, y cientos fueron trasladados a cárceles clandestinas en Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de agosto de 2024)