¡Construyan un movimiento para rechazar esta traición e imponer la voluntad de los miembros! Contacta al WSWS hoy mismo para obtener información sobre la creación de un comité de base en Boeing.

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) insta a los 33.000 miembros del sindicato International Association of Machinists (IAM; Asociación Internacional de Maquinistas) en Boeing a rechazar el nuevo contrato propatronal que se anunció el domingo.

El IAM ha dicho durante mucho tiempo que tiene la intención de “salvar a Boeing de sí mismo”. Pero “salvar” a Boeing realmente significa “salvar” a sus ricos accionistas imponiendo a los trabajadores el peso del escándalo en torno a la muerte de cientos de pasajeros por las medidas de los ejecutivos para reducir costes. Esto es exactamente lo que el contrato pretende lograr.

Algunos de los puntos bajos de la propuesta incluyen: un aumento salarial del 25 por ciento en cuatro años, después de que les congelaran el salario por una década; una promesa inútil de construir nuevos modelos de aviones que aún no existen; la eliminación de los bonos de rendimiento; y disposiciones para horas extras ilimitadas en el caso de “emergencias”.

El IAM también ha exigido un lugar en la junta directiva, dándole un “asiento en la mesa” para recortar aún más los empleos y la seguridad de las aeronaves. El nuevo acuerdo, aunque no parece otorgarle un asiento, incluye una instancia de “diálogo” adicional con la junta directiva, donde los burócratas de IAM recibirán sus órdenes de marcha directamente de Wall Street.

Miles de trabajadores participaron en manifestaciones contra los contratos el lunes, exigiendo una huelga. Pero esta oposición abrumadora ahora debe organizarse independientemente de los burócratas sindicales. Los trabajadores deben darse el poder de anular las decisiones que violan su voluntad y prepararse para una lucha auténtica.

En particular, los trabajadores de base deben supervisar la votación de este jueves para evitar irregularidades y garantizar que una huelga se lleve a cabo de inmediato una vez que los trabajadores envíen este acuerdo a la basura, donde pertenece.

La lucha de clases se está intensificando, y una lucha en Boeing contará con un poderoso apoyo de la clase trabajadora. Está en marcha la huelga en AT&T en el sur y recientemente hubo una huelga en la empresa de autopartes Dakkota, donde el sindicato presentó cinco acuerdos favorables a la empresa para que los votaran los trabajadores, y la huelga en una refinería de Marathon en Detroit. El martes, 50.000 empleados públicos se declararán en huelga en todo el estado de Washington, donde se encuentran las principales instalaciones de Boeing.

Esta es la más reciente traición a manos de los burócratas sindicales a nivel mundial, siguiendo casos similares en UPS, el sector automotor, los ferrocarriles, muelles y otros. Se ha elaborado un método, en el que los funcionarios utilizan una charla “radical” para calmar a los trabajadores antes de imponer el acuerdo. A menudo, las concesiones ocultas solo se descubren semanas después de que se haya ratificado, como sin duda ocurriría en Boeing.

No se trata de un contrato colectivo sino de una conspiración. El sábado, los burócratas del IAM afirmaron que permanecían “muy distanciados” de Boeing sobre cuestiones clave en las negociaciones. Pero ya habían programado una votación sobre un contrato que aún no presentaban y anunciaron el acuerdo solo un día después. En realidad, tenían un acuerdo desde el principio, y el verdadero problema por resolver era cómo imponerlo a los trabajadores.

También están preparados incluso para anular un voto contundente en contra del acuerdo, utilizando una cláusula antidemocrática que “ratifica” el contrato si menos de dos tercios votan a favor de la huelga.

Boeing es una corporación estratégica cuya fuerza laboral tiene una larga historia militante, incluida la huelga de dos meses en 2008. Pero una y otra vez, los trabajadores se han topado con un obstáculo importante: la burocracia del IAM.

Después de poner fin a la huelga de 2008, el IAM impulsó un acuerdo que ha mantenido durante 16 años. Durante 10 de esos años, se ha congelado el salario de los trabajadores después de que se “ratificara” una extensión de 2014 en circunstancias dudosas.

Al llevar este contrato a votación, los burócratas del IAM, incluido el presidente del Local 751, John Holden, han demostrado una vez más que no están del lado de los trabajadores sino de la gerencia.

También están actuando en nombre de la Administración de Biden, que no quiere una huelga contra un importante contratista de defensa. Boeing también es un gran componente de las exportaciones estadounidenses y un factor clave para hacer frente a la enconada guerra económica mundial, incluso contra su rival europeo Airbus. El presidente de IAM, Brian Bryant, se sienta en el Consejo de Exportación de Biden, junto con los multimillonarios y el burócrata sindical Shawn Fain del UAW.

La Casa Blanca de Biden está utilizando la burocracia sindical para resguardar las cadenas de suministro críticas contra la amenaza de los trabajadores, especialmente para garantizar la continuación de la guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia y la preparación de nuevas guerras. Cualesquiera que sean sus diferencias, ambos partidos políticos, los demócratas y los republicanos, apoyan los imperativos globales del imperialismo estadounidense y se oponen enérgicamente a una lucha de los trabajadores de Boeing que interrumpiría estos planes.

Biden prohibió una huelga ferroviaria en 2022 y respaldó un nuevo contrato automotriz que ahora se está utilizando para recortar miles de empleos. La semana pasada, la secretaria interina de Trabajo, Julie Su, visitó a los funcionarios del IAM. Si bien la reunión no fue pública, no cabe duda de que estaban recibiendo órdenes de la Casa Blanca para que se apruebe este acuerdo a toda costa.

La lucha en Boeing requiere una rebelión contra el aparato del IAM. Los funcionarios no volverán a alinearse con los trabajadores sin importar el enfado de las bases porque sus intereses sociales están totalmente alineados con los de la patronal, en contra de los trabajadores. Controlan activos de casi $300 millones (solo el Local 751 tiene casi $79 millones), financiados con las cuotas de los trabajadores, de las cuales se pagan salarios de seis cifras.

Los trabajadores, la fuente de toda riqueza, son más poderosos que cualquier puñado de burócratas, ejecutivos y políticos corporativos. Pero este poder tiene que organizarse y dirigirse a través de comités de base.

Debe ser un nuevo tipo de estructura que excluya a los funcionarios sindicales y luche por unir a los trabajadores independientemente del aparato sindical, para darles el poder de hacer cumplir su voluntad democrática.

Los trabajadores de Boeing deben extraer las lecciones de los ejemplos comités ya establecidos, incluidos los de los ferroviarios, los trabajadores automotores, los trabajadores postales en varios países y otros. A esto hay que añadir la campaña de Will Lehman, un trabajador socialista de Mack Trucks, para presidente del UAW bajo una plataforma para abolir la burocracia. Estos comités están afiliados a un movimiento global llamado la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB).

El tema más inmediato es la votación en sí. Los trabajadores deben organizar comités para supervisar todos los aspectos de la votación para garantizar que se lleve a cabo de manera justa. Si el IAM intenta anular un voto que rechace el contrato, utilizando la excusa de los dos tercios o cualquier otro método, los comités darán a los trabajadores la capacidad de anular esa decisión.

Los comités también darán a los trabajadores de Boeing la oportunidad de elaborar sus propias demandas, más allá de las cuales no aceptarán ningún acuerdo. La AIO-CB propone lo siguiente:

• Un aumento salarial del 50 por ciento, más ajustes retroactivos por costo de vida para compensar los 10 años de salarios congelados;
• La contratación masiva de empleados de seguridad que la gerencia recortó imprudentemente para ahorrar dinero;
• El control obrero sobre todas las cuestiones relacionadas con la seguridad de las aeronaves y la garantía de calidad;
• El restablecimiento de la bonificación AMPP;
• El restablecimiento de las pensiones; y
• La eliminación de los niveles salariales para garantizar que todos en Boeing puedan permitirse vivir dignamente.

Los comités de base también deben ser enviados a movilizar el mayor apoyo posible del resto de la clase trabajadora. Una lucha en Boeing enviará una señal a los trabajadores de todo el mundo de que pueden defenderse.

En particular, los trabajadores de Boeing deben vincularse con los estibadores en la costa este, donde los funcionarios sindicales están usando una retórica militante al estilo del IAM sobre una huelga, y con los ferroviarios, donde los sindicatos, incluido el mismo IAM, están tratando de imponer sutilmente a la fuerza nuevos acuerdos que son incluso peores que el contrato de Boeing.

Los trabajadores de Boeing también deben apelar a los trabajadores de todo el mundo, incluidos los trabajadores de Airbus en Europa, que se encuentra en medio de una gran campaña de recortes de empleo.

También deben vincular la demanda de mejores salarios y condiciones de trabajo con el llamado a transformar a Boeing en un servicio público, dirigido por los propios trabajadores. Los trabajadores de Boeing no son responsables de los desastres aéreos causados por la especulación despiadada. Sin los intereses parasitarios de Wall Street y la oligarquía corporativa, este escándalo nunca habría sucedido.

Sobre todo, la lucha en Boeing es una lucha de clases, enfrentando a los trabajadores no solo contra una corporación codiciosa sino contra el propio sistema de ganancias capitalista.

¡Construyan un movimiento para rechazar esta traición e imponer la voluntad de los miembros! Contacta al WSWS hoy mismo para obtener información sobre la creación de un comité de base en Boeing.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 9 de septiembre de 2024)