El jueves, las fuerzas israelíes mataron a Yahia Sinwar, el líder de Hamás, durante un combate en Rafah. El asesinato de Sinwar inspiró a los líderes de EE.UU., Francia, Alemania y Reino Unido a hacer declaraciones de apoyo incondicional a la campaña de exterminio y limpieza étnica contra una población de 2,2 millones de habitantes a manos del Gobierno de Netanyahu.
Sinwar murió cuando combatía a sus asesinos, pero el hecho de que hubiera una resistencia no lo convierte en menos que un asesinato. Su muerte forma parte de una guerra ilegal apoyada por los imperialistas cuyo objetivo es el exterminio de la población de Gaza y la anexión del territorio ilegalmente ocupado por Israel desde 1967.
Es una continuación de una campaña de asesinatos contra todos los líderes de Hamás y Hezbolá, así como de líderes iraníes, en la medida en que EE.UU. e Israel expanden la ofensiva militar en toda la región. El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá fue asesinado con 80 bombas de 907 kg en Líbano el mes pasado, y el dirigente político de Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en la capital iraní de Teherán en julio.
Sinwar nació el 29 de octubre de 1962 en el campo de refugiados de Jan Yunis en Gaza. Su familia había sido expulsada de Majdal Asqalan, también conocida como Ashkelon, en el sur de Israel, durante la limpieza étnica contra los árabes respaldada por los imperialistas en 1948 en el territorio que se convirtió en Israel. Cuando Sinwar tenía solo cinco años, Gaza fue ocupada ilegalmente por Israel como parte de la ocupación de todos los territorios palestinos. Durante prácticamente toda su vida, Israel sometió a la población de Gaza a un bloqueo total, convirtiéndola en el campo de concentración más grande del mundo y negando a sus residentes todos los derechos humanos fundamentales. Israel secuestró, mató y torturó a los habitantes de Gaza con impunidad.
El presidente Joe Biden llamó a Netanyahu el jueves “para felicitarlo por la misión”, según un comunicado de la Casa Blanca. La declaración afirma que “Hamás [nunca podrá] volver a controlar Gaza”.
El jueves, Biden emitió una declaración diciendo que “con nuestra ayuda de inteligencia, las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] persiguieron implacablemente a los líderes de Hamás, expulsándolos de sus escondites y obligándolos a huir... Hoy, sin embargo, se demuestra una vez más que ningún terrorista en cualquier rincón del mundo puede escapar a la justicia, sin importar cuánto tiempo tome”.
El presidente continuó: “Israel tiene todo el derecho de eliminar a los líderes y la estructura militar de Hamás”.
Los comentarios de Biden elogiando el asesinato de Sinwar podrían haber sido hechos por un líder fascista. Ejemplifican el repudio de los principios democráticos en los niveles más altos del Estado norteamericano. Los asesinatos y el genocidio están siendo adoptados por los líderes de los países “democráticos” como políticas legítimas exhibiendo la desintegración de las formas democráticas de gobierno y el derecho internacional y una caída a niveles cada vez más profundos de criminalidad.
En declaraciones posteriores en Berlín, Biden dijo que el asesinato de Sinwar brindó “una oportunidad para buscar un camino hacia la paz”. Pero su declaración anterior dejó en claro que lo que quería decir con “paz” era garantizar que Hamás “nunca más [pueda] controlar Gaza”, es decir, la paz en los términos dictados por el Gobierno genocida de Netanyahu.
Las declaraciones de Biden fueron repetidas por los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, así como por todo el espectro político en los Estados Unidos, incluido el senador Bernie Sanders, quien declaró que Sinwar era un “criminal de guerra que planeó el brutal ataque terrorista del 7 de octubre”.
Las declaraciones de apoyo a Israel por parte de las potencias imperialistas constituyen un respaldo al genocidio de Gaza a medida que avanza hacia una nueva fase crítica, en la que Israel está dejando en claro que la hambruna masiva y la limpieza étnica de la población de Gaza es su objetivo explícito.
Israel está implementando lo que se conoce como el “plan de los generales”, acuñado por Giora Eiland, exjefe del Consejo de Seguridad Nacional de Israel.
Desde noviembre, Eiland ha defendido públicamente la adopción del hambre como método de guerra, no solo en la manera práctica como lo ha hecho Israel, sino como una cuestión de doctrina oficial.
El año pasado, Eiland escribió:
¿Quiénes son las mujeres “pobres” de Gaza? Son todas las madres, hermanas o esposas de los asesinos de Hamás... La comunidad internacional nos advierte de un desastre humanitario en Gaza y de graves epidemias. No debemos rehuir de esto, por difícil que sea. Después de todo, las graves epidemias en el sur de la Franja de Gaza acercarán la victoria y reducirán las bajas entre los soldados de las FDI.
Ahora, los principales medios de comunicación estadounidenses admiten que Israel está poniendo en práctica este plan. Un artículo publicado el viernes en el Washington Post citó una declaración del politólogo israelí Gayil Talshir, quien declaró: “Parte de lo que está sucediendo en el norte de Gaza ahora fue una prueba del plan Eiland”.
El artículo informó: “Durante las dos primeras semanas de octubre, ningún alimento llegó a las 400.000 personas en el norte de Gaza azotado por la guerra”.
Continuó de la siguiente manera:
Lo que se ha desarrollado en este tramo del enclave refleja, al menos en parte, un controvertido plan de asedio concebido por un exgeneral israelí para obtener el control total del norte de Gaza y luego de franjas más grandes del enclave. Prevé vaciar sistemáticamente las áreas de civiles y matar de hambre, o disparar, a cualquiera que se quede.
La implementación del plan de Eiland para matar de hambre a la población de Gaza y asesinar o desplazar a todos los hombres, mujeres y niños palestinos en el norte de Gaza constituye el trasfondo del despliegue de 100 tropas terrestres estadounidenses en Israel para apoyar un ataque israelí masivo planificado contra Irán.
La escalada de la guerra en todo el mundo es el contenido esencial de la aceptación abierta del asesinato, el terrorismo y el genocidio por parte de las potencias imperialistas.
Esta semana, el columnista del Washington Post , George Will declaró que “ la Tercera Guerra Mundial ya está en marcha”. El objetivo de esta guerra es “el eje de hoy: China, Rusia, Irán y Corea del Norte”, y está siendo librada por las potencias imperialistas. En condiciones de guerra global, los Estados imperialistas declaran que todas las medidas están permitidas, incluidos el asesinato y el genocidio, para lograr sus objetivos geopolíticos.
Hay que hacer una advertencia. Los métodos de asesinato y exterminio de poblaciones civiles que se legitiman en medio de esta guerra global se utilizarán contra la oposición política interna, incluso contra la resistencia de la clase trabajadora a las medidas exigidas como parte del “esfuerzo de guerra”.
La escalada del genocidio, el terrorismo y la violencia militar desatada por las potencias imperialistas en todo Oriente Próximo apunta a la necesidad urgente de construir un movimiento de masas contra la guerra, basado en la clase trabajadora y destinado a derrocar el sistema capitalista, que da lugar a la violencia imperialista en todo el mundo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de octubre de 2024)