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Durante cumbre de guerra en París, crecen las rivalidades entre EE.UU. y Europa por el saqueo de Ucrania

El presidente francés Emmanuel Macron, 10 de junio de 2024 [AP Photo/Ludovic Marin]

El jueves, los jefes de Estado y de gobierno de 30 potencias europeas se reunieron en París con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Prometieron enviar tropas a Ucrania en medio de la guerra con Rusia, incluso cuando el ejército ucraniano sufre pérdidas devastadoras y se retira a lo largo de todo el frente, y mientras los gobiernos europeos continúan recortando el gasto social para financiar un fondo de rearme militar de la Unión Europea de 800.000 millones de euros.

Al mismo tiempo, cada vez está más claro que Rusia no era el único objetivo de la cumbre de París. La retórica previa sobre la defensa conjunta de la “democracia” ucraniana por parte de Estados Unidos y Europa contra Rusia se desmorona. En medio del colapso histórico de las relaciones entre EE.UU. y Europa y la inminente guerra comercial de Trump contra Europa, se desarrolla una amarga batalla por el control de la economía y los recursos de Ucrania entre los imperialismos estadounidense y europeo.

“Nuestro objetivo es claro, es esencialmente ganar la paz”, declaró el presidente francés Emmanuel Macron después de la cumbre. Dijo que un “equipo franco-británico” se desplegaría en Ucrania “en los próximos días [para] preparar lo que será el ejército ucraniano del mañana”. También afirmó que, una vez alcanzado un acuerdo de paz, se enviarían fuerzas europeas de “reaseguro” no especificadas a Ucrania, “no con el objetivo de ser fuerzas de mantenimiento de la paz” ni en las líneas del frente, sino para disuadir ataques rusos.

Macron hizo un llamado al gobierno chino para que presione a Moscú a aceptar un acuerdo de paz. Dijo que quería que el presidente Xi Jinping “juegue un papel muy activo… dada la calidad del diálogo que mantiene con Rusia. Creo que China está más que legitimada para hacer esto, dado que es un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y dada las iniciativas que ya ha tomado”.

Finalmente, Macron también afirmó que Europa no levantará las sanciones financieras contra Rusia. Los diplomáticos rusos han solicitado a sus homólogos estadounidenses que accedan a esto en las actuales negociaciones entre EE.UU. y Rusia en la capital saudí, Riad, como condición previa para levantar los bloqueos navales en el Mar Negro. Afirmando que esto es imposible, Macron dijo: “Debemos mantener la presión económica”.

En realidad, es evidente que se está desarrollando un conflicto feroz entre los imperialismos estadounidense y europeo sobre quién podrá saquear Ucrania una vez finalice la guerra. Esto quedó particularmente claro tras la cumbre, cuando Bloomberg News filtró detalles de un plan actualizado de control estadounidense sobre los recursos minerales ucranianos que la administración de Trump presentó al presidente ucraniano Volodímir Zelenski.

Una parte clave del plan de intervención militar europea en Ucrania es garantizar el control europeo sobre los elementos de tierras raras y otros minerales clave en Ucrania tras la guerra. Esto se expuso de forma bastante explícita en la “Declaración de Asociación Reino Unido-Ucrania por 100 años” firmada este enero por los gobiernos británico y ucraniano. Dicho acuerdo contempla una amplia inversión británica en la energía, el gas y la minería ucranianas, así como la reescritura de la legislación ucraniana para maximizar los beneficios del capital británico a través de la explotación de estos recursos. El texto señala:

apoyar el desarrollo de una estrategia ucraniana de minerales críticos y las estructuras regulatorias necesarias para apoyar la maximización de los beneficios de los recursos naturales de Ucrania, mediante la posible creación de un Grupo de Trabajo Conjunto.

Pero tan pronto como terminó la cumbre de París, Bloomberg informó sobre un nuevo ultimátum de EE.UU. a Ucrania después de que Trump exigiera que Ucrania le concediera a Washington 500.000 millones de dólares en minerales estratégicos. Habiendo examinado el borrador del documento, que no publicó, Bloomberg informó que los funcionarios estadounidenses están intensificando sus demandas a Ucrania—exigiendo poder de veto sobre todas las inversiones en infraestructura, minería y energía del país, y el derecho a decidir cómo se distribuirán las ganancias de estos sectores. Escribió:

La administración del presidente Donald Trump exige el “derecho de oferta preferente” en inversiones en todos los proyectos de infraestructura y recursos naturales bajo un acuerdo de asociación revisado con Ucrania…

Si se acepta, el acuerdo de asociación otorgaría un poder enorme a EE.UU. para controlar las inversiones en Ucrania en proyectos que incluyen carreteras y ferrocarriles, puertos, minas, petróleo y gas y extracción de minerales estratégicos. Representaría una expansión sin precedentes de la influencia económica estadounidense en el país más grande de Europa por área justo en el momento en que intenta alinearse con la UE.

El borrador del acuerdo estadounidense convertiría efectivamente a Ucrania en una colonia de EE.UU., frustrando los intentos del régimen de Kiev de unirse a la Unión Europea. Según el acuerdo, los ingresos provenientes de las industrias ucranianas que Washington declare estratégicas se colocarían en un fondo controlado por el gobierno de EE.UU. Estas industrias también tendrían prohibido comerciar con países que Washington califique como “competidores estratégicos” de Estados Unidos. Bloomberg escribió:

Según el borrador del documento, la Corporación para la Financiación del Desarrollo Internacional de EE.UU. (DFC, por sus siglas en inglés) controlaría el fondo de inversión nombrando a tres de los cinco miembros del consejo de administración y teniendo una ‘acción de oro’ que le otorgaría derechos especiales de voto para bloquear ciertas decisiones. Ucrania nombraría a los otros dos miembros y tendría prohibido intervenir en la gestión cotidiana del fondo.

El gobierno en Kiev estaría obligado a aportar el 50 por ciento de sus ganancias de todos los nuevos proyectos de recursos naturales e infraestructura al fondo. EE.UU. tendría derecho a la totalidad de las ganancias más un rendimiento anual del 4 por ciento hasta que se recuperara su inversión [en ayuda militar a Ucrania para luchar contra Rusia], según establece el borrador.

En París, Zelenski dijo que examinaría el acuerdo porque, de lo contrario, Washington podría cortar el suministro de datos de objetivos esencial para continuar la guerra que Ucrania ya ha perdido frente a Rusia. Explicó: “No queremos dar ninguna señal que pueda empujar a EE.UU. a detener la ayuda a Ucrania”.

Esto expone el verdadero carácter imperialista de la guerra que las potencias de la OTAN han desatado en Ucrania contra Rusia. Mientras mataban a soldados rusos y afirmaban estar ayudando a Ucrania, en realidad las potencias de la OTAN buscaban saquear Ucrania. El país, devastado por la guerra, ahora será botín de potencias imperialistas rivales, que discuten cómo dividirse el saqueo.

Estos conflictos interimperialistas se intensificarán a medida que Trump prepare aranceles contra las importaciones europeas y la UE prepare represalias arancelarias contra productos estadounidenses. La rivalidad financiera entre Washington y Europa también está aumentando. Con EE.UU. dispuesto a endeudarse por más de 7 billones de dólares este año para refinanciar su deuda soberana, y los países de la UE endeudándose masivamente para cubrir sus propias grandes deudas soberanas y el fondo de rearme de 800.000 millones de euros, estas potencias competirán por fondos en unos mercados de deuda globales cada vez más saturados.

Mientras buscan saquear a los trabajadores ucranianos con su guerra imperialista en el extranjero, las principales potencias de la OTAN intensifican su guerra de clases contra los trabajadores en casa. Esto quedó muy claro en declaraciones hechas a principios de este mes por funcionarios franceses, rechazando peticiones para anular el impopular recorte de pensiones impulsado por Macron —que fue utilizado para financiar el rearme militar francés. Insistiendo en que se deben recortar las pensiones para prepararse para una guerra suicida de alta intensidad con Rusia, el presidente del Consejo de Orientación de Pensiones (COR), Gilbert Cette, afirmó:

Las discusiones actuales sobre las pensiones no pueden ignorar totalmente el contexto internacional actual [ni] la necesidad de aumentar considerablemente nuestro gasto militar en los próximos años y meses… La entrada gradual, más o menos explícita, en una economía de guerra hará irrelevantes o ridículos los debates actuales sobre la jubilación a los 64 años, y la cuestión más bien será, en este ámbito y entre muchas otras decisiones que deberán tomarse, cómo aumentar rápidamente la edad de jubilación más allá de los 64…

Detener el saqueo de la clase obrera, tanto en Ucrania como en los países imperialistas de la OTAN, exige unificar las luchas del proletariado contra la guerra imperialista y la austeridad en un movimiento internacional socialista contra la guerra.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de marzo de 2025)