Tres mil doscientos trabajadores de autopartes en Matamoros, México, empleados por Tridonex Cardone llevaron a cabo un paro salvaje el viernes en la mañana en respuesta a las muertes de dos compañeros de trabajo, que se sospecha que fueron causadas por COVID-19. Los huelguistas exigieron más información y el cierre de las instalaciones hasta que las condiciones sean seguras.
Apenas se divulgaron las noticias de la muerte el día anterior de Luciano Romero Contreras, un conserje de 48 años en la planta 52, los trabajadores ahí bajaron sus herramientas y comenzaron discusiones en las instalaciones y redes sociales. Entre la profunda tristeza e indignación, los trabajadores describieron en línea a Romero como “una linda persona”, “un gran amigo” y “un camarada”, pero al mismo tiempo creció la sospecha de que pudo haber muerto de COVID-19.
Algunos que lo conocían confirmaron la muerte y explicaron que tenía una enfermedad preexistente en los riñones, pero que la muerte les pareció muy repentina. Un colega señaló que Romero había trabajado durante el breve cierre de la planta en abril.
Los trabajadores de la planta 52 luego hicieron llamados a los de las otras dos plantas de Tridonex, la 53 y 60. Al momento de redacción, los reportes de los trabajadores indican que todas las tres plantas se detuvieron completamente por algunas horas y que los trabajadores de la planta 53 salieron y se fueron a casa.
En la planta 53, otro trabajador llamado Miguel Ángel también falleció en días recientes. Según publicaciones en redes sociales, Ángel tenía entre 30 y 40 años. Los trabajadores de todas las tres plantas denunciaron numerosos casos sospechosos de COVID-19, con algunos que son obligados a trabajar con síntomas y sin pruebas.
Un extrabajador de Tridonex le explicó al Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS que Miguel Ángel, cuyo apodo era Troll, “fue un compañero mío por más de 13 años y sí murió por Covid. En esa área de CV’s hay muchas personas enfermas de Covid. El día lunes a muchos les hicieron el examen y hasta hoy viernes a la mayoría no les han entregado los resultados.
“En la empresa Tridonex, [Miguel Ángel] tenía ya más de 2 semanas con síntomas y solo le daban una pastilla y lo regresaban a trabajar. Lo malo es que muchos de mis excompañeros trataron con él sin saberlo. Hicieron paro porque solo a los jefes los mandaron a descansar y a ellos los dejaron al olvido”.
“Sí las tres plantas [pararon] porque están viendo como están las cosas”, confirmó Miguel, otro trabajador, en redes sociales. “A ellos [gerencia] no les importamos, aunque digan nos preocupamos por su familia. Eso es puro pedo [mentira]. A ellos lo único que les importa es que nosotros estemos como animales. No se ponen a pensar que nosotros mismos podemos contagiar a nuestras familias. Llevar de aquí el virus. ¿Qué creen que con esa checada de temperatura que hacen solo en la mañana y con ese poquito de alcohol ya estamos protegidos?”.
Varios trabajadores de planta 53 reportaron que la gerencia está ofreciendo dinero a los contagiados para guardar silencio. “El que pone la vida en peligro es uno; en una planta solo somos un número”, dijo una trabajadora, y otra añadió: “A la empresa nunca le va a importar tu vida. A ellos les importa el dinero solo eso y estar bien parado con su jefe, pero a nosotros nos importan nuestras familias”.
Tridonex fue una de las muchas empresas que aprovechó el lenguaje vago de la orden federal de cerrar la producción no esencial el 31 de marzo, a fin de seguir produciendo durante la pandemia. El 1 de abril, anunció: “El acuerdo publicado no obliga suspender operaciones”.
No obstante, el 2 de abril, un paro salvaje obligó a la empresa a cerrar y pagar el 100 por ciento del sueldo. Pero la gerencia reabrió las plantas el 13 de abril, menos de dos semanas después, ofreciendo a “voluntarios” un bono del 20 por ciento. El Gobierno federal luego le dio al sector automotor y a la empresa un permiso inequívoco para reiniciar las operaciones el 1 de junio, definiéndola como “esencial”.
Luego, el 15 de junio, la empresa comenzó a regresar gradualmente a los trabajadores vulnerables. Ahora, los trabajadores reportan que las plantas han estado operando por encima de máxima capacidad.
Una trabajadora escribió durante la huelga el viernes: “Yo ayer me sentí mal por lo de mi diabetes que padezco. Fui a enfermería y medio una aspirina. Ni siquiera fue para checarme y luego seguí igual de mal”. Otro comentario dice: “A los vulnerables aún nos tienen trabajando como si nada pasara”.
Tridonex, que pertenece a la multinacional autopartista Cardone Industries con sede en Filadelfia, ha buscado reprimir despiadadamente toda señal de oposición, en coordinación con los sindicatos y las autoridades locales, estatales y federales. Después de que los trabajadores se unieran a una ola de paros con decenas de miles de trabajadores por todo Matamoros entre enero y abril del año pasado, Tridonex tomó represalias, despidiendo a más de 250 de los trabajadores más militantes. Los trabajadores fueron constantemente hostigados e incluso atacados físicamente por matones del sindicato y la policial estatal de Tamaulipas.
En estas luchas, los trabajadores exigieron el derecho a dejar el corrupto sindicato vinculado a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y una gran parte ya pasó al Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios (SNITIS), que afirma ser democrático.
En un esfuerzo para aterrorizar a los trabajadores, las autoridades tamaulipecas arrestaron a la abogada y fundadora del SNITIS, Susana Prieto Terrazas, la semana pasada. Los fiscales la acusan de incitar motines, refiriéndose a una protesta liderada por trabajadores de Tridonex frente al tribunal laboral local en marzo. Durante la huelga el viernes, muchos trabajadores avanzaron la demanda de la liberación de Prieto.
El WSWS ha insistido, pese a sus diferencias con Prieto, que los trabajadores necesitan exigir su liberación en oposición a los ataques de la clase gobernante contra los derechos democráticos, cuyo objetivo final es la propia clase obrera.
No obstante, los trabajadores deben extraer conclusiones urgentes sobre el papel real de aquellos que dicen ser sus amigos y representantes. Lejos de organizar una lucha amplia de las maquilas en Matamoros y el resto de la región fronteriza, el SNITIS ha insistido en que los trabajadores deben colocar sus esperanzas en el Gobierno capitalista del presidente Andrés Manuel López Obrador, el cual ha defendido incondicionalmente los intereses de lucro de las empresas.
En los días previos a la reapertura el 1 de junio, Prieto insistió en que el regreso a las plantas “es ley” y escribió el 28 de marzo: “Tridonex pasa a ser esencial. Vuelve el 1 de junio!”. Cuando una trabajadora le escribió: “No pienso que Tridonex sea esencial”. Prieto se lavó las manos y respondió, “No lo es. La declararon el 15 de mayo. Reclámele al presidente”.
El jueves pasado, el SNITIS dijo en una declaración dirigida a los trabajadores de Tridonex que no se puede hacer más que “presionemos a la secretaría de trabajo para que hagan su trabajo”.
Al mismo tiempo, Prieto y sus simpatizantes han basado la lucha por su libertad en apelaciones a López Obrador y su Secretaría de Trabajo, apelaciones que han caído en oídos sordos.
Mientras los casos de COVID-19 aumentan sin tregua en México, viendo un récord de 5.662 casos nuevos el jueves, el presidente López Obrador ha llamado a la población esta semana a “dejar los miedos y salir” y a “gozar del cielo, del sol, del aire puro”.
Tales declaraciones demuestran que su Gobierno ha abandonado cualquier esfuerzo para contener la pandemia, mientras toda la burocracia sindical —desde la CTM derechista hasta los sindicatos “independientes”— buscan encubrir esta realidad básica.
Por el otro lado, durante el último año, los trabajadores de Tridonex y el resto de Matamoros han demostrado una valentía e iniciativa enormes en la lucha por defender sus derechos sociales y democráticos. Esto incluso involucró la formación de comités de base incipientes para organizar los paros en 2019, así como llamados a los trabajadores de EE.UU. y Canadá a emprender una lucha internacional contra las transnacionales.
Hoy día, los trabajadores necesitan reestablecer y consolidar tales comités, de manera independiente de todos los sindicatos y políticos procapitalistas, y expandir sus esfuerzos para unir sus luchas por encima de las fronteras.
(Publicado originalmente en inglés el 20 de junio de 2020)