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El miércoles por la noche, la Junta Directiva del operador de escuelas concertadas o charter, Acero, decidió cerrar siete de sus 15 escuelas en Chicago, Illinois, una vez finalizado el actual curso escolar. El cierre previsto de estas escuelas concertadas, debido a la disminución del cuerpo estudiantil y por los costes de mantenimiento de personal e instalaciones —que reflejan también las presiones presupuestarias en las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés)— deja claro que el cierre de escuelas y los recortes siguen siendo una amenaza real, a pesar de que la Junta Directiva y el director general de CPS, Pedro Martínez, lo nieguen.
Según el Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés), el cierre de las siete escuelas Acero afectará a más de 2.000 estudiantes, alrededor de un tercio del estudiantado de la red de escuelas concertadas de 6.318 alumnos. Más de 270 educadores serán despedidos, y aunque algunos podrán trasladarse a una de las escuelas restantes de Acero, probablemente será a expensas de los educadores con menor antigüedad que serán despedidos.
Se ha informado de que 300 de los 2.000 alumnos desplazados tendrán la oportunidad de matricularse en una de las escuelas que quedan de Acero.
Las escuelas de Acero han matriculado históricamente a un gran número de estudiantes latinos, un número creciente de los cuales son inmigrantes recién llegados. Un educador de Acero informó al WSWS de que cuando estos estudiantes preguntaron a la especialista bilingüe de su escuela si iba a trabajar con ellos el año que viene, rompió a llorar.
La educadora señaló: “Estos niños están profundamente unidos a esta profesora en particular, ya que trabaja con ellos todos los días, en pequeños grupos, enseñándoles inglés, ayudándoles con la socialización y siendo una trabajadora social de facto. Estos cierres de escuelas son un incendio social deliberado”.
La maestra informó sobre rumores de posibles cierres. Dijo que su representante del CTU alertó a los educadores en su escuela el miércoles de que, “ella sabía cuántas escuelas estaban programadas para el cierre, pero no nos lo dijo porque nos quiere en la reunión de la Junta para que podamos averiguarlo entonces”.
Según un maestro que habló con el WSWS, el director ejecutivo de Acero Schools, Richard Rodríguez, en su informe a la reunión de la Junta citó la huelga de 2018 de los educadores de Acero como un factor importante en la decisión de cerrar las escuelas, lo que implica que los cierres de escuelas son una especie de castigo por la huelga de maestros.
Los maestros y los padres quedaron sorprendidos por la magnitud de los cierres. En declaraciones al WSWS, otro educador de Acero declaró que cuando se conoció el plan de cierre, “fue un gran golpe en las tripas. Habíamos oído rumores sobre algunas escuelas, pero nadie estaba preparado para el cierre de siete escuelas, prácticamente la mitad de las 15 de la red. Fue un gran golpe, una gran conmoción para los profesores, que gritaron: '¡Dios mío!' '¡No!' '¿Qué?’ Los profesores rompieron en llanto, se abrazaron, se consolaron, y ahí se acabó el decoro, con los profesores gritando con toda la razón a los brutos de la Junta”.
Los maestros gritaron “Cobardes” a la Junta y otras declaraciones de oposición. Pero a pesar de las denuncias de los educadores contra la Junta por su decisión, los funcionarios sindicales “nos dijeron a todos que fuéramos a trabajar al día siguiente”.
Caroline Rutherford, presidenta del Consejo para Acero del CTU, parecía más preocupada por el hecho de que los burócratas sindicales no tuvieran un “asiento en la mesa” a la hora de aplicar los recortes. Se quejó de Acero: “No han tenido ninguna conversación con ninguno de los miembros ni con ninguno de los dirigentes sindicales. No nos han informado, ni se han reunido para negociar con nosotros nada de esto. Simplemente están tomando esta decisión unilateralmente”.
De hecho, tener un asiento en la mesa en la aplicación de recortes, cierres de escuelas y otros ataques a la educación ha sido un objetivo central de la dirección de la Bancada de Educadores de Base (CORE, siglas en inglés) del CTU desde que fue elegida para la dirección. Ha intentado demostrar su valía a la clase dirigente en numerosas ocasiones, siendo la más famosa el cierre de 50 escuelas bajo el mandato del exalcalde Rahm Emanuel y la reapertura de escuelas durante la pandemia del COVID-19.
Ahora, con Brandon Johnson como alcalde, un antiguo empleado de CORE-CTU, el sindicato está intentando posicionarse para mantener a raya la creciente rebelión de los profesores ante el continuo deterioro de la educación pública y el inminente precipicio fiscal que amenaza con cierres masivos de escuelas y despidos.
El lunes, Johnson anunció su nombramiento de seis nuevos miembros de la Junta de CPS. A raíz de las explosivas revelaciones de que CPS había elaborado una propuesta para cerrar o consolidar hasta 100 escuelas, el viernes se conoció la noticia de que los siete miembros de la Junta de Educación de la ciudad dimitirían a finales de mes.
Aunque ninguno de los miembros salientes de CPS ha hecho pública la razón de su dimisión, habían surgido diferencias entre la Junta y Johnson sobre el plan de este último de despedir al director general Martínez y sobre la petición del alcalde de que el distrito escolar pidiera un préstamo a corto plazo de 300 millones de dólares para financiar las pensiones de los empleados de CPS y, según se informa, aumentos nominales del 4-5 por ciento para los maestros.
Los miembros salientes de la Junta de Educación —personas con carreras profesionales en los sectores filantrópico, sin ánimo de lucro y empresarial— no quieren, sin duda, que se les relacione con el aumento de la deuda ni con forzar la salida de Martínez, que cuenta con un importante respaldo entre la élite financiera.
Todos menos uno de los siete miembros de la Junta saliente habían sido nombrados previamente por Johnson. La mayoría de los nuevos miembros no tendrán poder, ya que la votación anticipada ya está en marcha como parte de la transición a una Junta híbrida elegida y nombrada en enero. Los miembros recién nombrados no podrán continuar a menos que vivan en uno de los 10 distritos escolares recién creados.
Una semana antes de presentar su dimisión, la anterior Junta de Educación aprobó una moratoria sobre el cierre de escuelas, retrasando ostensiblemente el cierre de escuelas públicas hasta después del curso académico 2026-27, pero la Junta puede anular esta medida temporal en cualquier momento.
Las dimisiones en la Junta de Educación también se producen en medio del estancamiento de las negociaciones entre CPS y el CTU. Los maestros de Chicago llevan trabajando sin contrato desde que expiró el acuerdo anterior en julio, una situación cada vez más común entre los educadores estadounidenses y una señal de la escalada de ataques contra la educación pública.
Aunque los medios de comunicación locales han dado mucha importancia a la exigencia del alcalde Johnson de que Martinez dimita, lo cierto es que se están preparando recortes salvajes independientemente de quién ocupe el puesto más alto en CPS. Los cierres de las escuelas de Acero son solo una muestra de lo que se avecina en la ciudad y en todo el país.
De hecho, el vecino distrito suburbano 65 de Evanston/Skokie ya votó el cierre de una escuela en junio, y ha contratado a un consultor para investigar otros posibles cierres para evitar la insolvencia financiera y su posible absorción por el estado. Tras anunciar inicialmente el cierre de 21 recintos escolares, la Junta de las Escuelas Públicas de Seattle votó a favor del cierre de cinco escuelas.
El miércoles, Martínez propuso utilizar fondos de los distritos de Financiación por Incremento de Impuestos (TIF, sigla en inglés) para resolver el déficit presupuestario del distrito y proporcionar una fuente de financiamiento para los aumentos mínimos propuestos para los profesores. Los distritos TIF han desviado durante mucho tiempo fondos del distrito escolar y de otros presupuestos públicos, y Martínez llegó a señalar que han estado “privando a CPS de más de 600 millones de dólares en ingresos anuales”. Sin el aumento de los ingresos de los TIF, cualquier aumento salarial de los maestros tendría que ser compensado con permisos, despidos, e incluso el cierre de escuelas.
En un comunicado, Martínez señaló que “el Gobierno y los socios sindicales se están uniendo en torno a esta fuente de ingresos”, y que los gastos podrían ser manejados “sin recortes, sin asumir costosas deudas a corto plazo, y sin esperar a que se materialice la financiación adicional del estado”.
El portavoz del alcalde, Ronnie Reese, afirmó que Martínez se había “negado rotundamente” a incluir fondos TIF en el presupuesto de CPS. En una declaración, Reese dijo, “Si el director ejecutivo de CPS hubiera trabajado en colaboración con la ciudad y la Junta de Educación para aprobar un presupuesto con TIF como fuente de ingresos y financiación adicional, como lo hacemos diligentemente nosotros y nuestro equipo [de presupuesto], no estaríamos en el aprieto en que nos encontramos hoy”.
Mientras tanto, el CTU ha estado haciendo control de daño a favor del alcalde Johnson, con funcionarios del sindicato repitiendo como loros o compartiendo acríticamente la declaración de Johnson sobre las dimisiones de la Junta de Educación, que en su declaración el CTU calificó de “decisión mutua” de la Junta y Johnson. El CTU luego promovió aún más ilusiones: “Por fin tenemos un alcalde que está alejando al distrito de los recortes y los despidos”.
Pero en realidad, los aumentos del 4-5 por ciento para los maestros que, según se informa, Johnson mencionó en un memorando interno de CPS equivaldrían a un recorte salarial en los salarios reales cuando se contabilizan los aumentos acumulativos en los precios al consumidor de más del 23 por ciento desde el inicio del contrato anterior de CPS-CTU en noviembre de 2019.
Sin señales de ningún progreso en avanzar las demandas contractuales más críticas de los maestros como aumentos reales al salario y mejores condiciones de trabajo, la oposición ha ido en aumento entre los maestros de Chicago que están cada vez más cansados de las actualizaciones por correo electrónico de los miembros del sindicato que, como dijo un educador, “realmente no nos dicen casi nada”. En un grupo de Facebook para miembros del Sindicato de Maestros de Chicago, los educadores de base han empezado a exigir transparencia y actualizaciones concretas y exhaustivas de la negociación por parte del sindicato.
Una educadora propuso que el sindicato comparta con los afiliados una “hoja de cálculo con los puntos que se están negociando y actualice a cada afiliado individualmente. Luego, que destaque los cambios entre cada sesión de negociación. Claro que es mucho trabajo, pero por algo pagamos cuotas. Deberíamos recibir actualizaciones exhaustivas que sean fáciles de leer y seguir, y que ofrezcan una imagen clara de lo que está pasando”.
En respuesta a esta propuesta legítima y totalmente razonable, la presidenta del CTU, Stacy Davis Gates, respondió: “La negociación no tiene lugar en el formato que usted describe”. Davis Gates luego dijo a los docentes que necesitan “venir a la mesa ... para que puedan entender las actualizaciones”.
Cabe notar que la maestra que planteó la exigencia de actualizaciones exhaustivas por parte del sindicato recibió casi 10 veces más “me gusta” y “corazones” en su comentario que la despectiva respuesta de Davis Gates.
Otros maestros se mostraron de acuerdo con la exigencia de transparencia real por parte del sindicato, y un educador escribió: “Los correos electrónicos del CTU sobre el contrato no valen para nada en lo que respecta a información importante”.
Los educadores deben sacar conclusiones de largo alcance a raíz de las acciones de Johnson y el CTU ante los cierres en Acero y los ataques que se avecinan contra los profesores de todo el distrito. El WSWS llama a la movilización más amplia posible de los educadores y trabajadores de CPS y de las escuelas concertadas para detener los cierres en Acero.
Los maestros y educadores y el personal de las escuelas deben tomar la iniciativa creando comités de base para defender la educación pública si quieren detener los cierres de escuelas en Acero, pero también los ataques que se avecinan en CPS. No pueden depositar ninguna confianza en el CTU, que ha estado conspirando con la Administración de Johnson y el Partido Demócrata para estrangular la oposición de los educadores de Chicago.
¿Eres maestro/trabajador escolar en Acero o en las Escuelas Públicas de Chicago? ¡Lucha contra el cierre de escuelas! Únete al movimiento de las bases para defender la educación pública y comparte tus ideas sobre la situación en tu escuela rellenando este formulario.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de octubre de 2024)
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