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Informe al Octavo Congreso Nacional del SEP (EE.UU.)

La barbarie del “COVID para siempre” y la lucha por una salud pública socialista

Publicamos aquí el informe al Octavo Congreso del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.) presentado por Evan Blake. El congreso se celebró del 4 al 9 de agosto de 2024. Se aprobaron por unanimidad dos resoluciones, “Las elecciones estadounidenses de 2024 y las tareas del Partido Socialista por la Igualdad' y “¡Liberen a Bogdan Syrotiuk!”.

Introducción

En nuestro último congreso, en agosto de 2022, se presentó un extenso informe sobre la pandemia de COVID-19, trazando su desarrollo epidemiológico y político hasta ese momento, así como los antecedentes históricos de la defensa de la salud pública por parte del movimiento socialista.

También aprobamos por unanimidad una resolución sobre la pandemia, que la resolución de este año cita y reafirma como la base de nuestra lucha por un programa socialista de salud pública en nuestra campaña electoral.

Nuestro último congreso comenzó justo después de que Biden se infectara por primera vez con COVID a mediados de julio de 2022. Como escribimos en ese momento, la infección de Biden fue aprovechada por la Casa Blanca para proclamar abiertamente su política de “COVID para siempre”, que ya había sido adoptada efectivamente ante la aparición de la variante ómicron el invierno anterior.

El 22 de julio de 2022, el entonces coordinador de la respuesta al COVID de la Casa Blanca, el Dr. Ashish Jha, dijo sin rodeos: “Este virus estará con nosotros para siempre”. Tres días después, el 25 de julio de 2022, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declaró: “Como hemos dicho, casi todo el mundo se va a contagiar de COVID”. Numerosos artículos en la prensa burguesa repitieron estos mismos argumentos.

Karine Jean-Pierre: "Como hemos dicho, todos van a contraer COVID"; Ashish Jha: "Este virus va a permanecer con nosotros para siempre". [AP Photo/Susan Walsh]

Para describir esta nueva política, el WSWS acuñó el término “COVID para siempre”, que ahora se usa comúnmente entre los científicos críticos y los defensores de la lucha contra el COVID. Resume acertadamente la realidad en la que vivimos ahora, que, como escribimos en 2022, equivale a: “Todo el mundo se infectará con COVID-19, repetidamente, año tras año, para siempre”.

Explicando las implicaciones de esta política, que equivale al repudio total de la salud pública, el informe del último congreso sobre la pandemia señaló:

El número de muertos y de personas que padecen COVID persistente seguirá aumentando con cada nueva variante, mientras que cada reinfección aumentará las probabilidades de muerte, COVID persistente y los riesgos para la salud asociados. Las tasas de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales, trastornos neurológicos, enfermedades neurodegenerativas y más aumentarán de manera constante, mientras que la esperanza de vida seguirá disminuyendo para la clase trabajadora.

Estas advertencias se han confirmado por completo. Mientras nos reunimos esta semana, nos encontramos en medio de la novena ola masiva de infecciones en los EE.UU. y el segundo peor aumento de casos en la pandemia durante un verano, como se muestra en el gráfico a continuación.

l gráfico de la transmisión año tras año muestra que probablemente nunca hemos tenido una transmisión de COVID tan alta a mediados de agosto. [Photo by Dr. Mike Hoerger (@michael_hoerger on Twitter/X)]

Los últimos datos de aguas residuales indican que más de 1 millón de estadounidenses se infectan con COVID cada día, una cifra que probablemente aumentará en las próximas semanas a medida que las escuelas vuelvan a abrir y la variante KP.3.1.1 se vuelva dominante. El récord histórico de 1,28 millones de nuevas infecciones diarias durante una ola de verano, que se estableció en la época de nuestro último congreso, podría romperse pronto.

Justo antes de que comenzara esta sesión, se conoció la noticia de que el velocista estadounidense Noah Lyles, que se esperaba que ganara el oro y posiblemente batiera el récord mundial, se desplomó después de ganar el bronce y tuvo que ser sacado de la pista en silla de ruedas. Al parecer, dio positivo al COVID pero procedió a competir, como lo han hecho docenas de otros atletas en los Juegos Olímpicos de París.

Dos años de “COVID para siempre”

La segunda mitad de mi informe profundizará sobre la ciencia más reciente sobre el COVID persistente y extraerá algunas de las implicaciones de la política actual de “COVID para siempre”, pero primero repasaré los acontecimientos políticos clave relacionados con la pandemia en los últimos dos años.

Poco después de nuestro último congreso, en septiembre de 2022, Biden asistió al Salón del Automóvil de Detroit, donde declaró infamemente que “la pandemia ha terminado”. Justo después de esta declaración, publicamos el Volumen 1 de COVID, Capitalism and Class War, señalando en la Introducción:

Contrariamente a las mentiras de los políticos capitalistas y los medios de comunicación, la pandemia de COVID-19 no ha terminado. El curso futuro que tomará la pandemia aún está por verse. Sin embargo, después de tres años, debería ser evidente que ni la pandemia ni ninguno de los otros peligros que enfrenta la humanidad se resolverán bajo los auspicios del capitalismo mundial…

El título de este libro COVID, capitalismo y guerra de clases está justificado. La pandemia ha revelado la realidad de una guerra de clases global, en la que las necesidades más urgentes de la humanidad están subordinadas al afán de lucro corporativo y la acumulación de niveles obscenos de riqueza personal.

Las desastrosas consecuencias no pueden explicarse únicamente como el subproducto no deseado de políticas incorrectas. Las políticas implementadas por los gobiernos llevan la marca criminal de lo que la ley define como “alevosía”. La respuesta de los gobiernos capitalistas a la pandemia ha servido a los intereses de sus patrones súper ricos.

Este análisis fue verificado de inmediato con el catastrófico levantamiento de la política de cero COVID en China. En octubre de 2022, muchos de los mecenas superricos que controlan las principales corporaciones transnacionales del mundo, incluidas Apple, Google, Samsung, Microsoft y otras, comenzaron a amenazar con trasladar la producción fuera de China a menos que se abandonaran los confinamientos limitados y otras medidas básicas de salud pública de su política de cero COVID.

La presión siguió aumentando, tanto externamente por parte de las potencias imperialistas como de sectores de la clase dominante china y la clase media-alta, que querían volver a sus estilos de vida anteriores a la pandemia. En el transcurso de 2022, los capitalistas chinos sufrieron económicamente a medida que se hizo más difícil contener la variante ómicron.

La tasa de crecimiento económico en China cayó del 8,1 por ciento en 2021 a solo el 3 por ciento en 2022, muy por debajo de los objetivos para el año. Los multimillonarios de China vieron la mayor caída de su riqueza colectiva en décadas. Según Forbes, las 100 personas más ricas de China vieron su riqueza colectiva disminuir en 573 mil millones de dólares entre finales de 2021 y finales de 2022. Otro rastreador encontró que el número absoluto de milmillonarios chinos cayó de 1.185 a 946, o el 20 por ciento, durante el mismo período de tiempo.

Las amenazas de las principales corporaciones del mundo en octubre de trasladar la producción fuera de China fueron el clavo en el ataúd del cero COVID, que a pesar de sus costos tuvo un éxito increíble en salvar las vidas y la salud de la población de China durante casi tres años.

El abandono del cero COVID fue horrible. Como hemos cubierto en los últimos dos años, múltiples estudios han estimado que el número de muertos durante la primera ola de infecciones masivas de China probablemente fue de entre 1 y 2 millones, y posiblemente hasta 2,6 millones, en el período de dos meses de diciembre de 2022 a enero de 2023, ya que casi toda la población estaba infectada. Junto con la ola inicial de la variante delta en la India en la primavera de 2021, que mató a millones de personas, este fue el período más concentrado de contagios masivos y muertes en cualquier momento de la pandemia.

La sala de urgencias de un hospital en China, el 3 de enero de 2023. [AP Photo/Andy Wong]

Además, contrariamente a las mentiras del régimen del Partido Comunista Chino (PCCh), esta no fue en absoluto una “ola de salida” única de la pandemia, sino más bien una “ola de entrada” a la pesadilla distópica del “COVID para siempre”.

Apenas cinco meses después, China sufrió una segunda ola de la pandemia, en mayo-julio de 2023, que reinfectó a cientos de millones de personas. Solo el WSWS cubrió esto ampliamente, al tiempo que llamaba la atención sobre los crecientes informes de casos de COVID persistente en toda China.

El levantamiento del cero COVID equivalió a un crimen social masivo contra la clase trabajadora china e internacional.

Si bien las potencias imperialistas occidentales y la clase dominante china tuvieron una responsabilidad directa, un cómplice crítico de este crimen fue la pseudoizquierda internacional. Prácticamente todos los partidos políticos y publicaciones pseudoizquierdistas del mundo se manifestaron contra el programa de cero COVID  a pesar de conocer perfectamente las consecuencias, como documentamos en una extensa polémica contra estas tendencias publicada en marzo de 2023.

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional – CICI – fue el único partido político del mundo que se opuso al levantamiento del programa de cero COVID en China y abogó por la extensión de esta estrategia de eliminación en todo el mundo para detener toda transmisión humana del COVID-19.

De noviembre de 2022 a enero de 2023, publicamos más de 30 artículos centrados en el levantamiento del programa de cero COVID en China, incluidas 7 perspectivas, escritas por nueve autores diferentes en todo el mundo. Cada artículo analizaba los últimos acontecimientos y brindaba una explicación política marxista de este cambio en la política de salud pública, que tenía su raíz en la incapacidad de un solo país para aislarse de la economía mundial.

Resumiendo este análisis, escribimos en la declaración de Año Nuevo de este año:

28. El éxito duradero de la estrategia Zero-COVID en China demostró la viabilidad de una estrategia de eliminación de la COVID-19, incluso en los países menos desarrollados y densamente poblados. Al mismo tiempo, su desaparición definitiva reafirmó la inviabilidad de cualquier programa de base nacional en la época del imperialismo. Lo que resultó inviable fue el marco nacional, no la política en sí. La eliminación sigue siendo viable y necesaria, pero ahora solo se puede lograr mediante la construcción de un movimiento de masas que luche por los siguientes principios:

• La lucha contra la pandemia es una cuestión política y revolucionaria que requiere una solución socialista.

• La organización de la salud pública debe basarse en las necesidades sociales, no en el lucro corporativo.

• El afán de lucro debe eliminarse por completo de todas las empresas de atención médica, farmacéuticas y de seguros.

En enero de 2023, inmediatamente después de que China levantara la declaración de cero COVID, la administración de Biden dio los primeros indicios de que tenía la intención de poner fin a la declaración de emergencia de salud pública por COVID-19 en la primavera, algo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo inicialmente que no haría.

Esto fue acompañado de declaraciones cada vez más contundentes que reflejaban la asombrosa indiferencia de las élites gobernantes ante los niveles masivos de muerte y sufrimiento.

El 20 de enero de 2023, en una reunión con alcaldes de ciudades estadounidenses, Biden se refirió al número de muertos por COVID –en ese momento muy por encima del millón— y afirmó alegremente: “A veces lo subestimo porque dejé de pensar en ello”.

"A veces subestimo [las muertes por COVID] porque he dejado de pensar sobre esto". [AP Photo/Andrew Harnik]

Entre bastidores, la administración de Biden presionó claramente a la OMS para que anunciara primero el fin de la Emergencia de Salud Pública (ESP) global, lo que hizo el 5 de mayo de 2023, una semana antes de que la administración de Biden hiciera lo mismo el 11 de mayo.

El fin de las ESP fue uno de los puntos de inflexión más críticos de toda la pandemia. Políticamente, esto desencadenó el desmantelamiento completo de todas las medidas de salud pública para reducir y monitorear la pandemia a nivel mundial.

También alimentó la propaganda burguesa, lo que permitió a los políticos capitalistas y a los medios corporativos dóciles justificar sus afirmaciones fraudulentas de que la pandemia había terminado.

Poco después de que terminara la ESP en Estados Unidos, el Equipo de Respuesta al COVID de la Casa Blanca se disolvió y su coordinador, el insufrible minimizador de pandemias Ashish Jha, regresó a su papel de decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown. Entre paréntesis, Jha declaró el mes pasado que ahora es un comportamiento “marginal” usar mascarilla en espacios cerrados, en condiciones en las que se están aprobando prohibiciones de mascarillas en varios estados y condados de Estados Unidos.

La directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (sigla en inglés, CDC), Rochelle Walensky, quien expresó las concepciones eugenésicas de la clase dominante durante la ola inicial de ómicron, cuando dijo que era una “noticia alentadora” que la “abrumadora cantidad de muertes” ocurriera en “personas que ya estaban enfermas”, anunció justo antes del levantamiento de la que renunciaría a su cargo.

Walensky fue reemplazada por Mandy Cohen, quien inmediatamente publicó una avalancha de fotos de personas sin mascarillas en espacios cerrados en las redes sociales como parte de la propaganda para presentar la pandemia como terminada.

Esta ola de propaganda tras el levantamiento de las medidas de protección tuvo un impacto significativo en la conciencia de las masas, desarmando a la gran mayoría de la población en todo el mundo. El uso de mascarillas, que ya era escaso, se volvió cada vez menos común, mientras que la conciencia de los peligros actuales de muerte o COVID persistente se limitó a una sección cada vez más pequeña de la población mundial.

Por supuesto, no había ninguna base científica para estas decisiones, que se tomaron enteramente para satisfacer las demandas políticas y económicas de la clase dominante de un “retorno a la normalidad”.

Uno de los impactos más importantes del levantamiento de las medidas de protección en los EE.UU. ha sido la cancelación masiva de inscritos al seguro de Medicaid, lo que se ha denominado “El Gran Desmantelamiento”. Según el rastreador de la Kaiser Family Foundation, 24,8 millones de estadounidenses han sido dados de baja de Medicaid durante el año pasado.

Además, las pruebas, los tratamientos y las vacunas contra el COVID-19 se han privatizado cada vez más y son inaccesibles para millones de estadounidenses, mientras que miles de millones de personas en todo el mundo siguen privadas del acceso a estos tratamientos que salvan vidas.

Las tasas de vacunación se han desplomado a nivel mundial, lo que significa que la abrumadora mayoría de la población tiene una menor protección contra la muerte y el COVID persistente.

Gráfico que muestra una drástica disminución en la aceptación de la vacuna anti-COVID a nivel mundial [Photo: World Health Organization]

El 28 de agosto de 2023, Anthony Fauci expresó de la manera más contundente las concepciones eugenésicas que ahora dominan en los círculos gobernantes cuando afirmó en una entrevista con la BBC que “los vulnerables se quedarán en el camino, se infectarán, serán hospitalizados y algunos morirán”. A nivel mundial, ha habido casi 3 millones de muertes adicionales desde que Fauci hizo estos comentarios, la gran mayoría de las cuales son aquellas a las que condenó: los ancianos y los sectores más vulnerables de la sociedad.

A las pocas semanas de finalizar las ESP, comenzó la cuarta ola de verano, impulsada por la variante EG.5, apodada “Eris” por los científicos. En agosto de 2023, solo tres meses después de finalizar los ESP, se detectó por primera vez la variante BA.2.86 “Pirola”, altamente mutada, lo que hizo sonar las alarmas a nivel mundial entre los rastreadores de variantes.

La variante pirola pronto evolucionó a JN.1, que causó la segunda ola más grande de infecciones de toda la pandemia el invierno pasado. Solo en los EE. UU., infectó aproximadamente a un tercio de la población, o más de 100 millones de estadounidenses, el invierno pasado.

Infecciones diarias de COVID en Estados Unidos durante la ola de invierno 2023-2024

El ataque bipartidista a la salud pública y la ciencia ha avanzado a toda máquina en 2024.

El 1 de marzo de 2024, los CDC emitieron nuevas directrices instando a las personas que son activamente infecciosas con COVID-19 a regresar a las escuelas y lugares de trabajo, infectando así donde pueden infectar a sus compañeros de trabajo y al público en general.

A lo largo de este año, las prohibiciones de mascarillas se han vuelto cada vez más frecuentes, con Carolina del Norte aprobando una prohibición de este tipo el 15 de mayo y el condado de Nassau en Nueva York aprobando otra el lunes, durante este Congreso.

Los doctores Peter Daszak y Anthony Fauci fueron arrastrados a juicios de estilo macartista en la Cámara de Representantes, repletos de acusaciones y denuncias descabelladas. El objetivo era revivir la teoría de la conspiración del laboratorio de Wuhan, completamente desacreditada. En su comparecencia, Fauci, una figura política de larga trayectoria en Washington, echó a Daszak por la borda, y el WSWS sigue siendo la única publicación que ha salido en defensa de este científico de principios y coraje.

Los inmensos peligros de la estrategia de “COVID para siempre”

Esto nos lleva al día de hoy. El exceso de mortalidad a nivel mundial asciende ahora a 27,3 millones, y aproximadamente 6.000 personas mueren cada día por infecciones agudas de COVID-19 o por las innumerables secuelas.

En Estados Unidos, el exceso de mortalidad es ahora de 1,47 millones, y cada día hay otras 550 muertes adicionales debido al COVID. Esto es casi 10 veces más alto que la cifra oficial de muertes diarias, que se deben también a la eliminación del PHE el año pasado y el desmantelamiento de toda la vigilancia de la pandemia en Estados Unidos.

Exceso de mortalidad por COVID-19 en el mundo [Photo by Our World In Data (using data from The Economist) / CC BY 4.0]

Casi 1 millón de estadounidenses contraen COVID cada día, pero muchos no tienen idea de qué les pasa ni del daño potencial que podrían estar sufriendo sus cuerpos.

Como se muestra en el gráfico a continuación del modelador de enfermedades infecciosas Mike Hoerger, en marzo de 2024, el estadounidense promedio se había infectado de COVID 3,5 veces. A nivel mundial, lo mismo ocurre en todos los países, excepto en China, donde esta cifra probablemente supere las 2 infecciones por persona. Si las tasas de transmisión y evolución viral continúan en la misma trayectoria lineal que en los primeros cuatro años de la pandemia, el Dr. Hoerger estima que, para marzo de 2028, el estadounidense promedio tendrá 7,3 infecciones acumuladas, como se muestra en este gráfico.

Infecciones por persona acumuladas por SARS-CoV-2 con una proyección de 4 años [Photo by Michael Hoerger]

Hemos escrito sobre esto en artículos y lo hemos planteado en reuniones anteriores, pero quiero enfatizar nuevamente que no hay nada comparable a esta escala de reinfecciones masivas concentradas en el tiempo con ningún virus o patógeno en la historia de la humanidad. Y mucho menos con un virus que se sabe que es capaz de dañar prácticamente todos los órganos del cuerpo, cuyos impactos negativos se agravan con cada reinfección y solo se mitigan levemente con la vacunación.

Para prepararnos para nuestro trabajo en el próximo período y el resto de nuestra campaña electoral, de la cual un componente crítico será profundizar nuestra defensa de la salud pública dentro de la clase trabajadora, debemos examinar las implicaciones más amplias de esta política de “COVID para siempre”.

Primero, los camaradas deben entender que estamos solo en una fase intermedia de esta pandemia. Sé que parece que la pandemia ha durado una eternidad, pero en el ámbito histórico y médico más amplio, cuatro años no es mucho tiempo.

El período de latencia para el VIH, es decir, el tiempo que transcurre antes de que un paciente desarrolle síntomas asociados con el SIDA, es en promedio de aproximadamente 8 a 15 años. En el caso de la varicela, el herpes zóster tarda décadas en aparecer. No tenemos idea de si existe un período de latencia para las infecciones asintomáticas por COVID, o para los pacientes que no sufren COVID persistente, o cuánto tiempo podría durar ese período de latencia. Podría haber todo tipo de peligros a largo plazo en el futuro para las personas que aparentemente se han recuperado de sus infecciones pero que de hecho albergan reservorios virales latentes en sus cuerpos.

Estas ramificaciones a largo plazo del “COVID para siempre” son imposibles de cuantificar en la actualidad, ya que hay muchas incógnitas, incluida la posibilidad de evolución viral y los impactos de las nuevas variantes. Pero en función de lo que sabemos hasta ahora y los impactos negativos que el virus ya está teniendo en la salud pública a nivel mundial, las previsiones a largo plazo son bastante sombrías.

El COVID-19 es ahora la enfermedad más investigada en cualquier período de cuatro años de la historia de la humanidad. Hay literalmente cientos de miles de artículos científicos que se han publicado sobre el COVID-19 y el COVID persistente, que analizan casi todas las facetas de las fases aguda y posaguda de la infección.

En la actualidad, existe una desconexión total entre el estado actual de la ciencia sobre la pandemia y el nivel de comprensión de la población sobre los peligros continuos a los que se enfrenta. Esto también es cierto sobre la mayoría de los médicos y otros profesionales médicos, que están sobrecargados de trabajo y son susceptibles a la desinformación que emana de los CDC y la Casa Blanca, y por lo tanto, a menudo no están informados sobre el COVID persistente.

Un estudio de 2011 estimó que se necesitan 17 años en promedio para que la investigación científica se incorpore a la práctica clínica. Esto se ha demostrado a lo largo de la pandemia, desde la ciencia de la transmisión aérea y la eficacia de las mascarillas N95, hasta el COVID persistente y todo lo demás.

A continuación se presentan los hallazgos clave de solo cinco estudios o documentos de posición recientes, que subrayan los inmensos peligros para la salud que sigue planteando la COVID-19.

Primero, un estudio de febrero de 2024, titulado “El COVID persistente se asocia con un enlentecimiento cognitivo grave: un estudio transversal multicéntrico”, es quizás el más significativo dado que encontró entre los pacientes confirmados de COVID que pensaban que se habían recuperado por completo. Como se muestra en los gráficos circulares a continuación del estudio, mientras que el 53 por ciento de los pacientes sintomáticos de COVID persistente demostraron un enlentecimiento cognitivo grave (que se muestra a la derecha), el 19,4 por ciento de los que habían sido infectados con COVID pero aparentemente se habían recuperado también demostraron un enlentecimiento cognitivo grave (que se muestra en el medio), en comparación con solo el 4 por ciento de los controles no infectados (que se muestran a la izquierda).

Prevalencia de enlentecimiento cognitivo grave (rojo) y moderado (amarillo) en pacientes sin COVID, con un caso recuperado con COVID y con COVID persistente. [Photo by Sijia Zhao et al. / CC BY 4.0]

Segundo, un informe de StatCanada de diciembre de 2023, titulado “Experiencias de canadienses con síntomas a largo plazo después del COVID-19“, reveló que, en su tercera infección, el 38 por ciento de los adultos canadienses presentaban COVID persistente sintomático, como se muestra en el gráfico siguiente. Después de una infección, el 14,6 por ciento tenía síntomas a largo plazo, como se muestra en la segunda columna desde la izquierda. Esta cifra aumentó al 25,4 por ciento después de dos infecciones, como se muestra en la siguiente columna, y al 38 por ciento después de tres infecciones, como se muestra en la columna de la derecha. Estos hallazgos reafirmaron los resultados del estudio del Dr. Ziyad Al-Aly sobre el agravamiento del riesgo con cada reinfección, sobre el que escribimos a finales de 2022 y al que nos hemos referido repetidamente desde entonces.

Porcentaje de adultos canadienses con síntomas persistentes, según cifras de infecciones autorreportadas, junio de 2023 [Photo: Sianne Kuang et al. (StatCan)]

Tercero, un análisis titulado “Riesgo persistente de desarrollar enfermedades autoinmunes asociadas con COVID-19', que se publicó en marzo de 2024, encontró lo siguiente:

El COVID-19 se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes en la población japonesa, y este efecto persiste durante mucho tiempo. Este estudio proporciona información sobre la asociación entre las infecciones virales y la autoinmunidad.

La asociación entre COVID y los trastornos autoinmunes es increíblemente preocupante y ha llevado a muchos a establecer comparaciones entre COVID-19 y SIDA, refiriéndose al COVID-19 como un “SIDA transmitido por el aire”. El tiempo dirá qué porcentaje de personas desarrollan trastornos autoinmunes, pero ya se ha producido un aumento significativo en los últimos años.

Cuarto, un importante documento sobre el COVID persistente encargado por el gobierno de Nueva Zelanda, en cuya redacción participó el Dr. Michael Baker, fue publicado en marzo de este año. Como recordarán los camaradas, Baker participó en nuestros dos poderosos seminarios web en 2021, abogando enérgicamente por una política de eliminación global. Los autores señalaron:

Algunas personas que actualmente se encuentran bien después del COVID ya están expresando biomarcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular, trastornos neurodegenerativos, una variedad de enfermedades autoinmunes y cánceres: afecciones que suelen tener períodos de latencia que duran años o décadas.

En esencia, los biomarcadores son índices en el cuerpo que se cree que están asociados con diversas enfermedades y afecciones, y los científicos están destacando el hecho de que los pacientes que parecen haberse recuperado y no padecen COVID persistente presentan, no obstante, estos biomarcadores. Los hallazgos de este artículo subrayan la absoluta criminalidad del levantamiento de la política de cero COVID por parte del gobierno de Jacinda Ardern hace dos años.

Quinto, uno de estos estudios sobre biomarcadores en pacientes asintomáticos de COVID se publicó en marzo de 2024, titulado “Los niveles de cadena ligera de neurofilamentos y proteína ácida fibrilar glial están elevados tras casos leves o de COVID-19 o asintomáticos del SARS-CoV-2'. El estudio señala:

Nuestros hallazgos indican una posible lesión continua que afecta a las neuronas y astrocitos después de la negativización del SARS-CoV-2 [es decir, dar negativo en la prueba después de “eliminar” la infección], que es evidente diez meses después de la negativización. Los niveles de cadena ligera de neurofilamentos y proteína ácida fibrilar glial están elevados tras casos leves o asintomáticos. Nuestros resultados sugieren un daño continuo que afecta las neuronas y astrocitos después de la negativización del SARS-CoV-2, que se reduce después de diez meses, [sin embargo] todavía es evidente en comparación con los controles sanos.

La cadena ligera de los neurofilamentos y la proteína ácida fibrilar glial son los mismos biomarcadores asociados con la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune que puede causar una degeneración neurológica grave.

El potencial de daño profundo incluso en casos asintomáticos es extremadamente preocupante. Cabe destacar que el multimillonario Bryan Johnson, famoso por gastar dos millones de dólares anuales para controlar su salud y pagar las terapias más avanzadas, informó recientemente que una infección asintomática por COVID en 2021 envejeció sus pulmones 19 años. Desde entonces ha pagado millones por terapias para recuperar su capacidad pulmonar, pero hoy en día sigue padeciendo un envejecimiento que le acortarán la vida en 11 años, y no hace falta decir que solo los capitalistas pueden permitirse tales terapias.

Sabemos desde el primer año de la pandemia que la COVID-19 puede dañar prácticamente todos los órganos del cuerpo, aumentando el riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, diabetes, enfermedades neurológicas y más. Estos hallazgos se confirman y desarrollan continuamente a través de nuevas investigaciones.

Algunos de los síntomas más prevalentes del COVID persistente, afectando todos los sistemas del cuerpo

Los científicos y expertos en la pandemia y el COVID persistente están haciendo advertencias cada vez más graves sobre el carácter insostenible de la política de “COVID para siempre”, que hemos citado o hemos sido la fuente original a través de entrevistas en el WSWS.

En la sección “Discusión” del artículo “La inmunología del COVID persistente”, que se publicó en julio de 2023 en Nature Reviews Immunology, y cuyo autor principal fue el destacado inmunólogo Danny Altman, los autores concluyeron:

La carga inminente del COVID persistente que enfrentan los pacientes, los proveedores de atención médica, los gobiernos y las economías es tan grande que resulta inimaginable, lo que posiblemente explique por qué actualmente se le asigna una planificación mínima de alto nivel. Si el 10 por ciento de las infecciones agudas conducen a síntomas persistentes, se podría predecir que unos 400 millones de personas en todo el mundo necesitan asistencia para tratar el COVID persistente”.

Esto fue hace más de un año, y la cifra que estiman probablemente supere los 500 millones en la actualidad.

Danny Altman

En un artículo de agosto de 2022, la destacada neurocientífica Leslie M. Kay escribió:

Más de 15 millones de personas en todo el mundo padecen disfunción olfativa persistente por COVID-19, posiblemente causada por daño en el bulbo olfatorio. El SARS-CoV-2 puede causar inflamación e invasión viral del bulbo olfatorio, iniciando una cascada de degeneración similar a la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de cuerpos de Lewy. Las personas que han tenido incluso casos leves de COVID-19 muestran signos de degeneración en áreas corticales conectadas con el sistema olfativo. Estos datos anticipan una ola de demencia post-COVID en las próximas décadas.

Dra. Leslie M. Kay

En la entrevista que le hicimos a la Dra. Amy Proal en noviembre de 2023, después de repasar varios estudios sobre la persistencia viral con COVID, incluido uno que descubrió que el SARS-CoV-2 persistía en las amígdalas de los niños, afirmó con bastante dureza:

Estamos sembrando un ARN viral en los tejidos de los niños desde una edad muy temprana, con un virus que las personas contraen varias veces al año a medida que continúa mutando, y vemos, como usted mencionó, que la reinfección parece aumentar las probabilidades de desarrollar síntomas crónicos. Es absolutamente insostenible y una crisis total.

La Dra. Proal es una de las principales expertas del mundo en infecciones persistentes y supervisa algunas de las investigaciones más avanzadas sobre reservorios virales a través del Consorcio PolyBio.

Amy Proal

En nuestra entrevista de junio de 2023 con Arijit Chakravarty, que se centró en los peligros de la evolución viral, afirmó:

No solo la pandemia no ha terminado en absoluto, sino que al crear la impresión de que la pandemia ha terminado ante la propagación viral desenfrenada y la rápida evolución viral continua, esencialmente estamos sacando la barbilla y pidiendo al virus que haga lo peor que pueda... No puedo predecir el resultado de la próxima ola. No puedo predecir el resultado de las próximas cinco olas. Pero, al ritmo que vamos, se puede hacer una predicción con un alto grado de certeza de que algo malo sucederá más pronto que tarde en este sentido. Si mantenemos esta pandemia durante otros cinco años, nos enfrentaremos a una debacle de una escala que aún no hemos visto. Eso es un hecho.

Arjit Chakravarty

Más recientemente, el Dr. Phillip Alvelda, que fue director de programas en la Oficina de Tecnologías Biológicas de DARPA, afirmó en una entrevista en junio con el Instituto de Nuevo Pensamiento Económico:

¿Cómo se verá esto si continuamos por el camino que estamos llevando ahora? ¿Cuál es el peor escenario posible? Bueno, creo que hay dos eventualidades importantes. Entonces, ¿cuánto tiempo llevamos con la enfermedad durante cuatro años? La mayoría de las personas ya han tenido COVID tres veces y media en promedio. Después de otros cuatro años del mismo patrón, si no cambiamos el rumbo, la mayoría de las personas en los EE.UU. tendrán COVID persistente de un tipo u otro... Y sabemos que entre el cinco y el ocho por ciento de esas personas estarán tan debilitadas que ya no podrán trabajar.

Dr. Phillip Alveida

Estas declaraciones hablan por sí solas y, obviamente, son profundamente preocupantes. En esencia, cada infección es una tirada de dados, o una ronda más de la ruleta rusa, y la clase trabajadora internacional, en particular, está continuamente mirando fijamente el cañón de la pistola.

Debido a la respuesta criminal del capitalismo mundial, no hay tratamientos disponibles para la COVID persistente y no está claro si dichos tratamientos estarán disponibles o cuándo. Como dije, no podemos predecir con precisión lo que sucederá en los próximos años, pero como se muestra en este gráfico utilizando los datos de la encuesta StatCan, en la trayectoria actual, cada vez más sectores de la población desarrollarán COVID persistente sintomático, o nuevos síntomas de COVID persistente tras una reinfección, lo que amenaza con un colapso gradual en el funcionamiento básico de la sociedad.

Pronóstico del riesgo acumulado de COVID persistente según número de infecciones comparado a los datos del estudio canadiense [Photo: David Steadson]

Más allá de esto, existe el peligro siempre presente de la evolución viral que conduzca a la aparición de una variante cualitativamente más mortal, lo que sería verdaderamente catastrófico. El martes, la directora técnica de la OMS, Maria Van Kherkhove, declaró:

Estoy preocupada. Con una cobertura tan baja y una circulación tan grande, si tuviéramos una variante que fuera más grave, entonces la susceptibilidad de las poblaciones en riesgo a desarrollar una enfermedad grave sería enorme.

El camarada Benjamin Mateus hablará más sobre la gripe aviar H5N1 en su informe, pero las advertencias terribles que hemos estado haciendo sobre la gripe aviar serían similares a una variante del SARS-CoV-2 que evolucionara con una tasa de mortalidad del 10 por ciento o más.

Conclusión

Para concluir mi informe, quiero enfatizar la necesidad de que los cuadros del partido a nivel internacional nos protejamos a nosotros mismos y a los demás. Sabemos que es increíblemente difícil, especialmente para los camaradas con niños que asisten a la guardería o la escuela, pero alentamos encarecidamente a los camaradas a que sigan usando mascarillas en todos los espacios públicos cerrados y se mantengan lo más alertas posible, haciendo todo lo posible para minimizar el número total de infecciones por COVID. Se han producido avances en materia de vacunas nasales, pero aún no está claro cuándo estarán disponibles ni cuánta protección ofrecerán. Hasta entonces, el uso de mascarillas N95 o de un respirador mejor ajustado es fundamental y eficaz, como se señala en el reciente estudio que escribió el camarada Bill Shaw para el WSWS.

Hasta que el aire interior esté limpio en todos los espacios públicos, lo que sólo ocurrirá después de la revolución socialista, nos enfrentaremos a los peligros del COVID-19 y otros patógenos transmitidos por el aire a medida que se profundice el descenso hacia la barbarie capitalista. La salud general de los camaradas, que puede verse afectada no sólo por el COVID sino también por la gripe, el VSR y muchos otros patógenos transmitidos por el aire, será mejor a largo plazo si se sigue utilizando mascarilla en espacios públicos y se intenta limitar las interacciones sociales a otros camaradas y a personas que se sabe que son cautelosas. Ahora somos una pequeña minoría, pero todavía hay millones de personas que utilizan mascarillas en todo el mundo, muchas de las cuales son activas en las redes sociales. También hay sitios para conocer a otras familias y personas que siguen tomando precauciones, al menos en los EE. UU.

Necesitamos que todos los compañeros, desde la generación más joven hasta la mayor, mantengan su salud lo mejor que puedan para poder llevar a cabo el trabajo político cotidiano cada vez más difícil que la situación objetiva exige de nuestro partido y prepararse para las luchas revolucionarias que se avecinan.

Como marxistas, nuestro movimiento está arraigado y guiado por una comprensión científica y materialista dialéctica de la naturaleza y la sociedad. Como han dicho varios compañeros en este Congreso, nuestro historial sobre la pandemia no tiene paralelo y es una fuente de enorme fuerza política.

El prestigio del CICI se ha elevado gracias a nuestra cobertura de la pandemia y la salud pública, que ahora abarca más de 5.000 artículos que cubren el desarrollo de esta histórica crisis de salud pública mundial en todo el mundo. Ninguna otra publicación, fuera de las revistas científicas, ha cubierto la ciencia de la pandemia tan extensamente como el WSWS, y ningún otro partido ha analizado las dimensiones sociales y políticas de la pandemia desde un punto de vista revolucionario.

La resolución que se encuentra ante este Congreso reafirma los principios de un programa de salud pública socialista como elemento central de nuestra campaña electoral, e insto a todos los camaradas a apoyar esta resolución y a llevar adelante esta lucha en el período que se avecina.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de septiembre de 2024)

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